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LOS PAPELES DEL CESID Y EL "CASO GAL"

La oposición planta a Belloch como castigo a González

El ministro dice que los contactos con Santaella cesaron "en el límite mismo de la presión intolerable"

Miguel González

Tal como se había anunciado, todos los grupos de la oposición, salvo CiU, protagonizaron ayer una espectacular espantada en el Pleno del Congreso para protestar por la negativa del presidente del Gobierno, Felipe González, a informar personalmente de su entrevista con el abogado del ex banquero Mario Conde y del ex espía Juan Alberto Perote, Jesús Santaella. El cronómetro marcaba las 11.16 cuando el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, subía a la tribuna. A un gesto discreto pero enérgico de su líder, José María Aznar, los diputados del PP abandonaron sus escaños. Le siguieron, en un desfile salpicado de imprecaciones y Abucheos que pareció interminable, los parlamentarios de IU-IC, PNV, Coalición Canaria y Grupo Mixto.

Sólo permanecieron en el hemiciclo, además de socialistas y nacionalistas catalanes, los miembros de la Mesa del Congreso y los portavoces; así como el diputado del PP Alfonso Moreno del Cuvillo, discretamente sentado junto a los bancos del PSOE.La intervención de Belloch fue interrumpida con frecuencia por los aplausos de su grupo, que intentó llenar el impresionante vacío dejado por la oposición, y seguida en silencio por el propio Felipe González y siete ministros. La fuga de los diputado se convirtió en el eje del debate, relegando a un segundo plano su objeto inicial: el supuesto chantaje realizado al Gobierno por Mario Conde.

En su turno de réplica, ciertamente forzado ya que los portavoces de la oposición, incluido en este caso el catalán Joaquim Molins, renunciaron a intervenir y se limitaron a protestar por el silencio de González, Belloch expresó su preocupación por lo que calificó de "grave precedente" para la vida parlamentaria. El ministro defendió su derecho a informar al pleno por haber sido designado para ello por el Gobierno, por haber llevado el peso de las conversaciones por Santaella y por ser el máximo responsable de la lucha contra la delincuencia.

Belloch acusó a la oposición de tener una "concepción instrumental del control al Gobierno" y de no buscar la información, sino el desgaste de González, al que se somete, dentro y fuera del Parlamento, a un 'linchamiento moral". "No les falta algo de razón", agregó ante un auditorio limitado pero inusualmente favorable, "pues saben que es el bastión básico del proyecto socialista y les horroriza que acabe encabezando de nuevo la candidatura del PSOE".

"Asambleas de facultad"

Más duro aún se mostró el propio González, quien dijo en los pasillos del Congreso que la actitud de la oposición le recordaba a "las asambleas de estudiantes de la facultad".En conferencia de prensa, el portavoz del - PNV, lñaki Anasagasti, promotor de la iniciativa, reconoció que se había tratado de un "gesto Político muy duro". Tanto Anasagasti como los demás miembros de la oposición consideracion que no es de recibo que González acepte entrevistarse con el abogado de Conde y Perote y, en cambio, no quiera dar explicaciones en las Cortes.

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Rodrigo Rato, del PP, anunció al mediodía que todos los grupos, salvo el PSOE, acababan de presentar ante el registro de la Cámara, una petición para que González ofrezca dentro de dos semanas las explicaciones que no dio ayer. Rato acusó al presidente de provocar un enfrentamiento con el Congreso con tal de no asumir las palabras de su ministro de Justicia e Interior.

Belloch adelantó que, de aprobarse esta solicitud, que cuenta con el apoyo de la mayoría, el representante designado por el Gobierno, que no tiene por qué ser González, se limitará a repetir lo expuesto ayer por él mismo.

Ante los periodistas, el ministro no quiso añadir ni una coma al relato que leyó ante el pleno de las conversaciones con Santaella. Belloch había dicho que "la única y exclusiva razón" que impulsó al Gobierno a mantener las entrevistas con el abogado, incluido su encuentro con González el pasado 23 de junio, fue "tratar de recuperar un material altamente sensible para la seguridad del Estado sustraído al Cesid, presuntamente entregado a terceros y que está siendo utilizado y difundido".

El ministro reconoció que carece de pruebas para denunciar ante los tribunales la existencia de presiones, pero no descartó que se haga en el futuro o que el fiscal general del Estado, ante los datos suministrados ayer, actúe de oficio.

Belloch se esforzó en diferenciar lo que desde el punto de vista jurídico no puede demostrarse, que haya habido chantaje, de lo que políticamente resulta evidente: "una concurrencia organizada de intereses particulares" en contra del Gobierno. Expresó su "convicción moral" de que quien robó los documentos del Cesid (Perote) los hizo llegar "a terceras personas a las que el señor Santaella representaba" (Conde); quienes, a su vez, los suministraron, de forma 'programada y metódica, a determinado periódico (El Mundo) para su difusión.

Términos correctos

Según Belloch, Santaella se manifestó, durante su entrevista con González, "en términos correctos, tanto de forma como de fondo", limitándose a exponer sus opiniones jurídicas sobre los casos Banesto y Perote, e incluso prometió "que renunciaría a la defensa de sus representados si el ejercicio de la misma le viniese incompatible con la seguridad del Estado". Sin embargo, en posteriores contactos con responsables del Cesid y de Presidencia del Gobierno, Santaella y Mariano Gómez de Liaño, jefe del equipo jurídico de Conde, exigieron "una importante suma de dinero" (14.000 millones) y ofrecieron 1a búsqueda de la fórmula más adecuada para la localización de tales documentos [del Cesid], así como el cese de su difúsión"; lo que supone el reconocimiento implícito de que disponían de ellos.

Sin citarlo, Belloch dio carta de naturaleza al chantaje al subrayar que "cada sugerencia [de los abogados de Conde] acabó en una frustración [por la negativa del Gobierno a ceder], y cada frustración", añadió con ironía, "fue seguida del inevitable nuevo éxito informativo de ese laborioso periodismo de investigación", al publicar El Mundo un nuevo documento del Cesid.

Las conversaciones se suspendieron el 1 de septiembre, cuando ya se situaban, según Belloch, "en el límite que separa el diálogo de la presión intolerable". "El Gobierno en ningún momento ha intentado un pacto con traidores y delincuentes, ni se ha planteado ceder a las peticiones de espías desleales o sospechosos de graves delitos económicos".

Como colofón, e imitando a los diputados del PP que se dirigen a González aunque no esté en el hemiciclo, Belloch exhortó al ausente José María Aznar, a despejar ambigüedades descartando toda ley de punto final para el caso GAL: "¿No se le ha pasado por la imaginación la posibilidad de que por una vez en la vida, y sin que sirva de precedente, sería conveniente estar a favor del Gobierno, aunque sea contra Roldán, contra Perote o contra Conde?".

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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