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Abatido a tiros en Lyón el argelino más buscado por la policía francesa

Enric González

Jaled KeIkal, el hombre más buscado de Francia, el enemigo público número uno, fue tiroteado y muerto anoche por la policía. KeIkal, que estaba acusado de colocar una bomba que no llegó a estallar al paso de un tren de alta velocidad (TGV) el 26 de agosto, se había convertido en la encarnación de la oleada de atentados de inspiración islámica (argelina) que conmocionaron el país durante el verano. Su muerte puso fin a tres días de encarnizada caza del hombre en los montes cercanos a Lyón.

La presunta participación de Kelkal en el fallido atentado ferroviario fue establecida al descubrirse sus huellas digitales sobre una bombona de gas que formaba parte del artefacto casero. Kelkal, de 24 años, estaba fichado por la policía a raíz de pequeños delitos.Su vida no era muy distinta a la de miles de jóvenes norteafricanos de los suburbios desfavorecidos: buen estudiante, convertido en ladrón de automóviles y autor de hurtos una vez terminado el bachillerato.

En la comisaría del barrio de Vaulx-en-Velin, en Lyón, no se le tenía por un hombre peligroso y se desconocía por completo que simpatizara con los extremistas islámicos de los Grupos Islámicos Armados (GIA), responsables de la mayoría de los atentados sangrientos cometidos en París. Su conexión con el atentado fue, en este sentido, una sorpresa.

Cuando la policía fue a detenerle, Jaled había desaparecido. Y comenzó entonces una intensa búsqueda por todo el país que ha tenido a los franceses en vilo durante más de un mes. La psicosis de atentado convirtió a Kelkal, una pieza indudablemente menor en las tramas islámicas, en el enemigo público número uno. Su rostro apareció en las portadas de la prensa y en 170.000 carteles de busca y captura distribuidos por todo el país.

Huido de un control

El último capítulo de la fuga de Jaled Kelkal comenzó el pasado miércoles. Un control rutinario de carretera detuvo una furgoneta en las afueras de Lyón y alguien disparó desde el interior. Tras un tiroteo, tres de los cuatro ocupantes del coche fueron detenidos. Uno de ellos, Karim Koussa, viejo amigo de Kelkal, estaba gravemente herido. Un cuarto ocupante consiguió huir.Rápidamente se acordonó un área de casi 40 kilómetros de circunferencia en torno al punto del tiroteo y 800 policías iniciaron el rastreo. Era una zona montañosa y boscosa, en la que, según supo la policía por el herido Koussa, éste y Kelkal se habían ocultado durante las pasadas semanas.

Un destacamento del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), conocido por su asalto a un avión secuestrado en la Navidad de 1994, fue trasladado a Lyón por si hacía falta su concurso en la captura de Kelkal.

La policía ya había empezado a desmantelar el dispositivo de seguridad pues ya daba por perdido a Kelkal cuando, sobre las 19.30 de ayer, recibió la llamada de una vecina de Maison Blanche, un pueblo a 10 kilómetros de Lyón. La vecina creía haber visto frente a su casa al "hombre más buscado de Francia". Acudieron al punto gendarmes y miembros del GIGN y, según la versión policial, Kelkal les hizo frente con la pistola. El joven murió acribillado.

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