Solbes apela a la técnica para tapar la política

WALTER OPPENHEIMER / CRISTINA VÁZQUEZ, Pedro Solbes, anfitrión del Ecofin de El Saler (Valencia), apeló ayer a la técnica para ponerse su mejor traje de discreción y diplomacia. Tras el cruce dé declaraciones entre jefes de Gobierno, ministros, presidentes de bancos centrales y comisarios, Solbes, que juega en casa, se inclinó por las palabras amables y quiso dar paso a la cosa técnica frente a la cosa política. "No habrá discusión sobre la fecha", dijo, a pesar de que estos días no se habla de otra cosa. "La fecha de entrada en vigor de la moneda única será 1999, este es mi mensaje para tranquilizar a los mercados", afirmó en una copa de bienvenida ofrecida a la prensa destacada en El Saler.

Pedro Solbes aseguró que el objetivo de la reunión informal de ministros de Economía y Finanzas europeos (Ecofin) es "hacer un balance del camino recorrido, examinar en qué puntos estamos de acuerdo y definir posturas sobre aquéllos que no están maduros para que en el Ecofin formal del 27 de noviembre podamos tener ya una aproximación de cara a la Cumbre de Madrid", que se celebrará el 15 de diciembre. Solbes insistió en que se trata de "tomar decisiones técnicas, no políticas". Sin embargo, la política era, por encima de la técnica, el menú que se sirvió anoche los ministros en la cena previa al consejo.

En la cena se vieron las caras el duro ministro alemán de Finanzas, Theo Waigel, y el primer ministro italiano, Lamberto Dini, que tiene también la condición de superministro monetario. Es de suponer que Waigel le explicara las razones de sus explosivas declaraciones en las que descartaba de antemano a Italia para entrar en la tercera fase de la unión monetaria en 1999, matizadas ayer por fin al afirmar que nunca quiso excluir a Italia del proceso. Poco después de llegar a Valencia, Waigel declaró que "todos los Estados miembros tienen la puerta abierta para acceder a la Unión Monetaria".

Dini, por su parte, habrá reafirmado sus declaraciones de Formentor (Mallorca) en favor de que la lira se reincorpore cuanto antes al mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo, habrá recordado que no es constructivo descartar a nadie de antemano y habrá hecho voto de austeridad.

La misma austeridad que preconiza Solbes, que se reafirmó ayer en que "este país necesita unos presupuestos ya y jugar a prorrogar los actuales sería una incoherencia, una irresponsabilidad y perder el año". Y perder el año puede significar perder el tren de la primera velocidad que lleva hasta la moneda única. Aunque el ministro recordó que las condiciones de Maastricht son intocables -lo que significa que no se pueden suavizar ni endurecer- no perdió oportunidad de destacar que "unas son más flexibles que otras: inflación y tipos de interés son criterios fijos, pero déficit y deuda son más aproximativos".