Lenny Kravitz, contra "Ios que aman el sonido"

El cantante, instrumentista, productor y compositor Lenny Kravitz presentó anoche en La Riviera de Madrid su último disco, que, bajo el nombre de Circus, ofrece 11 composiciones que apelan al rock de raíces más clásicas. Kravitz destacó que es un enamorado de la vida, "muy a pesar de que los humanos nos esforzamos en construir pozos oscuros y en destrozar la vida de la naturaleza". El artista viaja acompañado por su compañera Vanessa Paradis.

Amable y relajado tras degustar gambas al ajillo en un restaurante típico, trasegando incesantemente zumo de frutas y manoseando las trenzas de su espectacular cabellera, definió su música como "una música con carácter, con pegada y con fuerza"; defendió su interés por no sonar "limpio y pulido"; se autodefinió como "una persona normal y corriente alejada del cliché de la estrella de rock", y confirmó tener casi acabado "un disco de funk que parece estar grabado en un sótano y suena deliberadamente mal, sucio y oscuro". Kravitz no dudó en afirmar que "será un disco odiado por todos aquellos que aman el sonido".El músico no quiso aceptar que Circus sea su disco menos amable y comercial: "No sé muy bien qué es eso de comercial, pues yo he oído discos fáciles, y melódicos que me han resultado insoportables. Por otro lado, hay discos sin melodía que resultan ser todo un éxito. Por eso me niego a creer que Circus sea poco comercial; simplemente es un disco duro, crudo y de sonido muy natural", afirmó.

Es conocida la fobia que Lenny Kravitz le tiene a los transistores y a los chips, fobia que se convierte en pasión y filia cuando le mentas las válvulas y los equipos analógicos: "El sonido de los equipos antiguos es más fiel y natural que el de los nuevos. Tiene más calor y es más humano", precisó antes de responder a la pregunta que le sugería la rentabilidad de grabar con viejos equipos si luego sus discos se editan en compacto: "Odio los compactos, pero no tengo opción y he de editar mis discos en este formato. Ahora bien, vigilo personalmente la conversión de analógico a digital, como prueba el que este proceso se haya tenido que repetir cuatro veces en Circus debido a que la traslación no me acababa de convencer", sostuvo.

Kravitz, cuyas respuestas no mostraban ser fruto de una concienzuda reflexión, sino más bien de unos gustos cuya génesis parece desconocer hasta él mismo, dijo que, a pesar de todo, "Hendrix hubiese utilizado tecnología punta de vivir en los noventa, aunque lo hubiese hecho de manera creativa, con mucha alma y entrañas".

Asimismo, Kravitz reconoció ignorar si los niños de hoy en día olvidarían la guitarra y la sustituirían por microchips, aunque precisó que la hija que tuvo con la actriz Lisa Bonet "toca percusión africana fabricada a mano, pues su madre tiene muy claras sus raíces y su vinculación con África y con la tierra".

Desechó también Lenny Kravitz etiquetas como clásico o revivalista, y responsabilizó a la prensa de fabricarlas al leer sólo los aspectos más obvios de su personalidad: "Yo sólo me preocupo por hacer buena música y creo que no hay sonidos viejos o nuevos, sino simplemente sonidos".