Las diferencias lingüísticas provocan una trifulca en las Cortes Valencianas
Los 10 diputados de Esquerra Unida-Els Verds abandonaron ayer el pleno del Parlamento valenciano en señal de protesta por "el comportamiento ilegal" del presidente de la Cámara, Vicente González Lizondo, en una cuestión lingüística. Según el Estatuto de Autonomía, las dos lenguas oficiales de la comunidad son el valenciano y el castellano. De modo que todo ciudadano tiene derecho a relacionarse en valenciano con las instituciones. Por eso cuando se inició el pleno a primera hora de la mañana, Albert Taberner, portavoz del grupo de EU, hizo saber al presidente que disponía del orden del día en castellano, pero no en valenciano, y exigió que le fuera entregado un documento en valenciano.Cuando el nuevo orden del día fue distribuido, incluía una serie de denominaciones en una versión del valenciano que propugna una institución privada denominada Real Academia de Cultura Valenciana. Así, las consejerías creadas oficialmente con los nombres de Economía i Hisenda, Afers Socials y Agricultura í Medi Ambient, según consta en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, aparecían con las denominaciones de Economía i Facenda, Asunts Socials y Agricultura i Mig Ambient.
Los diputados socialistas y de EU hicieron notar los errores gramaticales del texto y expresaron dudas sobre la legalidad de tales denominaciones. "No existe un consejero de Facenda, que tenga que explicarnos cómo funciona la facenda de la Comunidad", se quejó Taberner ante el pleno. Dadas las circunstancias, los diputados de EU se marcharon.
Vicente González Lizondo, fundador del partido regionalista Unión Valenciana, suele utilizar la lengua como arma arrojadiza. La reivindicación de una lengua valenciana ajena al catalán ha sido su forma de marcar las distancias con Cataluña para atraer a un sector del electorado que cree en intereses expansionistas de sus vecinos. Las convicciones de Lizondo nunca han pasado de ser una forma folclórica de entender la política, pero desde que fue elevado a la presidencia de las Cortes en virtud de un pacto con el PP sus veleidades lingüísticas se han convertido en un problema institucional.
Lizondo replicó ayer a EU que sólo renunciará a aplicar sus peculiares normas cuando el presidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana (PP), le exija que cambie las denominaciones de las consejerías.
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