La Ley de Gobierno no reconocerá el fuero a los secretarios de Estado

El ministro para las Administraciones Públicas, Joan Lerma, aseguró ayer que la futura Ley de Gobierno recoge que los secretarios de Estado no formarán parte del Ejecutivo, por lo que no serán aforados, en contraste con los borradores suscritos por su antecesor Jerónimo Saavedra. Asimismo, la futura Ley de Organización de la Administración (Lofage) mantiene la figura de los gobernadores civiles, aunque con un cambio de denominación -serán "gobernadores" a secas- y de contenido: coordinarán la Administración del Estado en la provincia, pero la representación política de la comunidad corresponderá al delegado del Gobierno.

La polémica Ley de Gobierno ya ha pasado por la Comisión de Subsecretarios y ha sido enviada al Consejo General del Poder Judicial para que dictamine sobre algunos aspectos. El debate abierto la pasada primavera -siendo ministro para las Administraciones Públicas Jerónimo Saavedra-, sobre el fuero de los secretarios de Estado, ha quedado conjurado. El Gobierno rectifica. Entonces su propuesta, favorable al fuero, fue interpretada por la oposición como un intento a la desesperada de amparar ante la ley a ex altos cargos del Interior implicados en los GAL.Lerma aseguró ayer en el Senado que su proyecto de ley no seguirá el modelo francés, esto es, los secretarios de Estado no tendrán rango de miembros del Gobierno y, por tanto, no dispondrán de fuero. El Gobierno, según el proyecto de ley, lo constituyen solamente el presidente, el vicepresidente y los ministros. Los secretarios de Estado y los delegados del Gobierno tendrán el carácter de "órganos de colaboración del Gobierno".

Junto con la Ley de Gobierno, el Ejecutivo enviará inmediatamente al Consejo de Ministros para su aprobación otra polémica ley, la de Organización de la Administración (Lofage). El Gobierno no descarta tramitar ambas leyes por la vía de urgencia si cuenta con el respaldo de los partidos de la oposición.

En el caso de la Lofage, la polémica suscitada cuando fue ministro para las Administraciones Públicas Jerónimo Saavedra procedía de la posibilidad de suprimir o mantener a los gobernadores civiles. El proyecto de Lerma ha optado por una vía intenmedia. Mantiene la figura de un representante del Gobierno en la provincia, el gobernador, pero cambia el contenido de su función. Ya no será un mero ejecutor del orden público. Centralizará todas las funciones dispersas de la Administración del Estado en la provincia, pero bajo las órdenes del delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, al que corresponderá la representación política.

No obstante, en materia de orden público, el representante provincial dependerá directamente del ministro del Interior. El representante provincial, además, cambiará de denominación. Ya no será "gobernador civil" sino "gobernador" a secas.

Lerma justificó la necesidad de sacar adelante ambas leyes para deslindar desde la óptica constitucional las funciones del Gobierno y la Administración y el sistema de relación entre ambas, superando la actual regulación, dispersa y procedente en parte de la etapa preconstitucional. La Lofage es, además, un compromiso contraído por el Gobierno en el debate sobre el estado de las autonomías, celebrado hace un año en el Senado.