Conde no declara sobre las escuchas porque "no es el momento político"

Mario Conde, ex presidente de Banesto, y sus abogados Jesús Santaella y Mariano Gómez de Liaño comunicaron ayer al titular del Juzgado de Instrucción número 36, Eduardo Jiménez, su renuncia a declarar en relación con las escuchas telefónicas de las que ellos mismos denunciaron que habían sido objeto. Según fuentes jurídicas, tanto Conde como Arturo Romaní, ex vicepresidente del banco, y los letrados decidieron acogerse a su derecho a no prestar declaración alegando que "no es el mejor momento político" para hacerlo.

Las supuestas intervenciones telefónicas, hasta un total de 122, se habrían efectuado en cuatro aparatos móviles y tres fijos pertenecientes a diversos miembros del equipo de colaboradores de Conde al menos entre el 16 de noviembre de 1994, cuando la fiscalía presentó la querella contra él y nueve ex altos cargos de la entidad bancaria, y el 1 de junio de este año.

En las conversaciones presuntamente intervenidas aparecen las voces de los nuevos administradores de los bienes de Conde tras su salida de Banesto, la de sus abogados, la del ex vicepresidente e incluso las de sus secretarias.

Del contenido de las cintas se deriva una supuesta información relativa a los traspasos de dinero realizados por Conde y su equipo a cuentas en el extranjero y a cambios de propiedad de un gran número de sociedades patrimoniales con las que el ex banquero podría haber llevado a cabo hipotéticas operaciones económicas irregulares. Asimismo, los pinchazos habrían recogido detalles referentes a la estrategia de sus letrados para defenderle de sus diferentes problemas con la Justicia.