Pulso de radicales
Los radicales unen fuerzas en contra de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. En momentos de gran intensidad diplomática para resolver la única causa pendiente de la Administración norteamerica en América Latina, tanto en La Habana como en Washington surgen obstáculos para abortar la política de aproximación conducida por Bill Clinton.En La Habana, el Gobierno ha rechazado acudir a las conversaciones convocadas por Jimmy Carter aduciendo motivos poco convincentes. En Washington, el sector más derechista del Partido Republicano sacaba adelante en la Cámara de Representantes una ley que condena a Cuba a la muerte por hambre. Los argumentos de unos y de otros tratan de ocultar su falta de voluntad por resolver este conflicto.
Parece claro que quienes quieren someter a Cuba a un embargo más estricto no están favoreciendo, precisamente, la flexibilidad del régimen castrista. Pero también son muy discutibles las razones de fondo que ofrece el Gobierno de La Habana para rechazar la iniciativa de Carter. ¿Que no necesitan intermediarios? Carter es una figura respetada y con excelente acceso al presidente Clinton. ¿Que no pueden hablar con nadie que haya conversado también con Jorge Mas Canosa?
Es difícil avanzar seriamente sin contar, aunque sea indirectamente, con el grupo mayoritario del exilio, por muy odiosas que sus actitudes le resulten a Castro. ¿Que no vale la pena seguir avanzando hasta que pasen las elecciones en EE UU? Clinton ya no es un prisionero de su política en Florida y, además, el futuro puede ser aún peor para Cuba si Clinton perdiese las elecciones.
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