El Museo Reina Sofía reforma y amplia su colección con arte internacional
El 'Guernica', de Picasso, se traslada sin urna a otra sala en el nuevo montaje
El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, inicia la temporada la próxima semana con la obra de Benjamín Palencia y una retrospectiva de Frank Stella, en un amplio programa de actividades que se unirá al mayor reto del museo: la reforma de la colección permanente. La colección tendrá 500 pinturas y esculturas, distribuidas en las plantas segunda, donde se encuentra actualmente, y cuarta, con la intención de hacer un' recorrido con nueva orientación. El montaje afecta al Guernica, de Picasso, que deja su cámara acorazada para recorrer 25 metros hasta otra sala.
En la primera semana de octubre comenzará en la segunda planta del Museo Reina Sofía la reforma de la colección y en enero en la planta cuarta. A la colección se incorporan unas 50 piezas procedentes del Museo del Prado, tras la aprobación del corte de la colecciones estatales en los dos museos nacionales. La fecha de nacimiento de Pablo Picasso, en 1881, fue la fecha elegida, con algunas excepciones de artistas anteriores que antes o después se, identifican con el academicismo o la modernidad.El museo que contiene las tendencias y corrientes del arte del siglo XX comienza con el cambio de siglo en la obra de autores como Zuloaga y Nonell. En la actualidad, éstos y otros artistas inician el recorrido de las salas, que a grandes rasgos siguen por Solana, Julio González, cubismos, escuela de París, surrealismos, Guernica, realismos, Dalí, años cuarenta, informalismos, Miró años setenta, arte constructivo y propuestas más recientes.
En la planta segunda comenzará la instalación de la colección, desde finales del siglo XIX hasta los años cuarenta, y en la cuarta se montarán obras desde los cincuenta a los ochenta. La reforma coincide con el primer aniversario del nuevo equipo de dirección, que junto a conservadores del museo y los miembros del patron1to y del consejo asesor han analizado las líneas de la reforma. de la colección, iniciada con los directores anteriores, Tomás Llorens y María Corral.
"La colección es el gran reto", dice el director, José Guirao, y en la misma habrá nuevas orientaciones", así como la eliminación de la mayoría de los 110 depósitos. Para el presidente del patronato, Valeriano Bozal, "se trata de buscar un discurso histórico y no los cambios sobre la base de gustos, con un aumento de la presencia internacional y de las colecciones de Miró, Dalí y Picasso".
El Guernica hará su último viaje, un recorrido de 25 metros desde la actual sala 7, con paredes forradas de planchas de acero" hasta la pared de la sala 6, donde se muestran cuadros del primer Miró. "Se quiere desdramatizar el Guernica, que no sea un fetiche", dice Bozal.
El mural de 3,49 por 7,76 metros, realizado por Picasso en París en 1937 y expuesto ese mismo año en el pabellón español de la Exposición Internacional, abandonó la urna de cristal y estructura metálica del Casón del Buen Retiro para ocupar un espacio añadido al hospital general convertido en museo. El cuadro siguió con la protección de un cristal blindado, el de mayor superficie posible, y a menor distancia del espectador, que tras la línea de seguridad se puede formar hasta un grupo de 30 personas.
La decisión última sobre el sistema de protección del Guernica se tomará cuando la reforma llegue a su entorno, ya que el sistema previsto es cambiar, las salas de la segunda planta a lo largo de mes y medio sin necesidad de cerrar al público el resto de los espacios. Tanto Guirao como Bozal son partidarios de presentar la obra directamente. Bozal confía en que el cambio del Guernica coincida con la incorporación de una escultura de Picasso, que no forma parte de la operación que mantiene el Ministerio de Cultura para conseguir de la familia del pintor un conjunto de obras.
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