Hemeroteca
Han aparecido en los diarios de Madrid informaciones sobre el traslado de la Hemeroteca Nacional a la Biblioteca Nacional, en Recoletos, noticia que -dada la unanimidad en algunas de las reseñas- parece originada por una nota de la Biblioteca. En ella aparecen algunas inexactitudes que, como antiguo director de la Hemeroteca, me creo obligado a aclarar.Es cierto que en 1984 quedó integrada la Hemeroteca en la Biblioteca Nacional, pero conservando su propio edificio, como ocurre en otros países europeos, y unificando los fondos de ambos centros, que quedarían así: la prensa en su totalidad en la Hemeroteca (palacio de Perales) y las revistas especializadas en la Biblioteca, ya que son muy distintos los usuarios de uno y otro fondo.
Pero esto no se ha llevado a cabo, ya que los periódicos de la Biblioteca seguían en ella y las revistas de la Hemeroteca, al menos en parte, se han llevado a un nuevo edificio depósito en Alcalá de Henares, de donde se supone habrá que traer los ejemplares cada vez que sean solicitados por los lectores.
Se ha tratado de justificar la mudanza a la Biblioteca por una mayor economía en los gastos (teléfono, luz, limpieza ... ), pero si, como se desprende de la información, se van a instalar en Perales otros servicios de la Biblioteca, no se ve claro el ahorro. En cuanto al personal, va a pasar a la Biblioteca y, por ello, salvo 10 puestos de trabajo que se anulan, va a ser el mismo.
Tampoco es cierto que la Hemeroteca se instaló en Perales con carácter provisional, ya que el edificio había sido totalmente remodelado para su nuevo destino y el arquitecto señor Sainz de Vicuña fue felicitado por su acierto en la adaptación de un edificio histórico a una finalidad actual y por ello fue presentada su obra al Premio Europa Nostra. Se inauguró solemnemente por el entonces ministro de Cultura, don Javier Solana.
En años sucesivos, y después de mi jubilación, se han ido incrementando los servicios de aquel centro, contando actualmente con modernos equipos de reprografia, informatización y otros servicios que están siendo utilizados con eficacia -y a menudo con urgencia- por los periódicos, radios y televisiones en, su cotidiano trabajo profesional. La no utilización de estas mejoras y la adaptación del edificio de Perales a nuevos servicios -que todavía no se sabe cuáles son- suponen un despilfarro y no un ahorro como se pretende divulgar.
En cuanto a la acomodación en el edificio de la Biblioteca, no conozco con exactitud los datos, pero a simple vista está claro que es difícil que todo el contenido de un edificio de cinco plantas pueda caber en otro como la Biblioteca, saturado ya y sin esperanza de ampliación posible. Por lo pronto, la atención al público pasará de los 176 puestos de la Hemeroteca (entre lectura directa y en microformatos) a los 138 de lo mismo en el nuevo proyecto de la Biblioteca.
La brevedad de esta carta no me permite extenderme más y acaso los usuarios prefieran expresar sus opiniones sobre otros aspectos que les afecten más de cerca. Quizá este asunto pueda servir para que en el futuro las cosas, de la cultura se hagan más reflexivamente y oyendo a todas las partes implicadas.-
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