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"La puerta se abrió para adentro y el toro me pasó por encima

Juan Francisco Llamas vive en Mejorada del Campo (15.700 habitantes), tiene 10 años y cara de pilluelo. El pasado domingo acudió con su primo de 13 años a la plaza de toros de Loeches (2.400 habitantes) para ver una corrida de rejoneo. Un novillo se metió en el callejón tras abrir a empujones una puerta mal cerrada y le pisoteó. En el mismo suceso resultó muerto Isidro Díaz Jiménez, de 79 años, cogido por el toro.Juan Francisco permanece desde entonces en el hospital Gregorio Marañón, de Madrid, con la pierna izquierda en alto, esperando a que se suelde su fémur. A Victoria, su madre, que se había confiado -aunque Loeches estuviese en fiestas- porque sabía que a su hijo no le gustan los toros, le parece inconcebible que se permita a los menores hallarse en el callejón, tras las barreras.

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El niño desde su habitación del hospital, donde tendrá que permanecer unas tres semanas, cuenta: "Salió el toro y se puso en medio de la plaza, fue corriendo a la puerta, se lio a darle golpes, saltó el cerrojo y entró. Unos niños empezaron a correr para que no les pillase y a mí me tiraron al suelo; y el toro cogió y me pasó por encima".

"La puerta se abrió para adentro y pasó el toro", precisa el chaval, en contra de lo que aseguró el alcalde, el socialista Pedro Díaz (quien sostiene que el toro había enganchado la puerta con los cuernos arrastrándola hacia la arena, porque sólo podía abrirse en ese sentido). Pero el niño está muy seguro de sus palabras, incluso aseguró: "A uno de Protección Civil que estaba atrás le dio con la puerta y estaba allí en una camilla cuando me llevaban".

Su madre manifestó que "de momento" no piensa presentar ninguna denuncia porque el alcalde fue a verle y aseguró que todo estaba controlado y que tenían todos los permisos y seguros. A Victoria no le parece mal que los niños entren a las corridas de toros si van acompañados de un adulto, pero cree que no se debe permitir que permanezcan en el callejón.

Al callejón saltan de vez en cuando los toros desde la arena, y por eso resulta inadecuado ver la corrida desde allí si no se tiene una misión que cumplir en ese lugar. Esta vez el novillo no saltó, sino que se metió desde el coso durante el desarrollo de la corrida, tras abrir una de las puertas del redondel (véase EL PAÍS de ayer). Cogió a cuatro personas, pero ninguna de ellas sufrió herida por asta de toro. Isidro Díaz recibió un fuerte golpe en la cabeza como consecuencia de la embestida. Fue trasladado al hospital Príncipe de Asturias, en Alcalá, y de allí al de la Princesa, en Madrid, donde falleció el martes tras pasar varios días en coma. Su familia se ha negado a hacer declaraciones.

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El PP ha pedido al alcalde que se forme una comisión de investigación para depurar responsabilidades, ya que considera que el toro se coló en el callejón debido a una negligencia. Felipe Ruiz, su portavoz, asegura que la puerta por la que entró no tenía puesto el candado que bloquea el cerrojo. Sin embargo, el regidor afirmó que "sólo fue un desgraciado accidente que ocurre una vez cada mil años" y que aunque el candado hubiese estado puesto habría cedido ante los envites del astado.

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