Clinton busca ya el cese formal de hostilidades en torno a la capital bosnia
El presidente norteamericano, Bill Clinton, ve en estos momentos "una buena posibilidad" de conseguir una paz definitiva en Bosnia, pero advirtió a los serbios que la OTAN reanudará los bombardeos contra ellos si no cumplen su promesa de retirar el armamento pesado de los alrededores de Sarajevo. Clinton quiere aprovechar el positivo impulso actual para acelerar la negociación, y su emisario para Bosnia, Richard Holbrooke, tiene ahora instrucciones de intentar un cese formal de hostilidades en tomo a Sarajevo.
Aunque prudente a la hora de atribuirse los méritos por el acuerdo para levantar el cerco a las capital de Bosnia, Bill Clinton compareció ayer ante los periodistas en la Casa Blanca para dejar claro que ahora es él quien lleva el timón de esta misión pacificadora. "Dejenme dejar muy claro", dijo, "que, si los serbobosnios no cumplen sus compromisos, los ataques aéreos serán reanudados".La OTAN ha aceptado detener los bombardeos durante 72 horas desde el jueves para comprobar si los serbios retiran su armamento, lo que debería ser completado en un plazo de seis días. Un funcionario del Consejo Nacional, de Seguridad dijo ayer que, hasta ese momento, no se había apreciado ningún movimiento de parte serbia.
Clinton confía, sin embargo, en que se retirarán dentro del periodo previsto, y que eso servirá para seguir avanzando en el proceso negociador. `Creo que existe una buena posibilidad (de paz) si las partes lo desean. Queda mucho trabajó por hacer, pero estamos absolutamente decididos a presionar para seguir avanzando, para conseguir un arreglo de este, conflicto, no en el campo de batalla, sino en la- mesa de negociaciones", declaró el presidente norteamericano.
Las cuentas de la lechera
La Administración estadounidense ha comenzado a echar cuentas con optimismo: si el levantamiento del cerco a Sarajevo se confirma, las partes podrían negociar después un cese del fuego en ese área; el compromiso podría extenderse más tarde al resto de Bosnia, y posteriormente podría abordarse seriamente una negociación sobre fronteras y forma de Estado.Washington es consciente de que eso puede ser el cuento de la lechera, y que el proceso podría estallarle en la cara a Richard Holbrooke. Pero casi todo el mundo parece coincidir en que hoy hay más posibilidades que nunca de éxito y que, por primera vez, Estados Unidos parece tener cierto control sobre la situación.
De un lado, tiene suficiente influencia sobre musulmanes y croatas como para obligarles a cooperar, pese a que ambos grupos hubieran preferido, probablemente, seguir recuperando terreno militarmente mientras se" guían los bombardeos de la OTAN. Por otra parte, Holbrooke parece haber encontrado una vía de entendimiento con el presidente serbio, Slobodan Milosevic, que sirve para anular -o al menos atenuar- la resistencia de los serbobosnios.
Para Bill Clinton, que ha entrado ya en su campaña por la reelección, una solución del conflicto de Bosnia -quizás un mérito mayor que la victoria en la guerra del Golfo- sería el mejor argumento contra quienes ponen en duda su capacidad para dirigir la política exterior.
Para alcanzar ese éxito, Clinton es consciente de que va a tener que hacer algunas concesiones a los serbios. Una de ellas podría ser la de renunciar a juzgar como criminales de guerra los líderes serbobosnios, Radovan Karadzic y el general Ratko Miadic. Clinton esquivó ayer en su conferencia de prensa una pregunta sobre las responsabilidades criminales de estos dos personajes.
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