Un toro que abrió una puerta de la plaza mata a un anciano en Loeches
Isidro Díaz Jiménez, de 79 años, se disponía el domingo pasado a ver una corrida de rejones desde el callejón de la plaza de toros de Loeches (2.400 habitantes), cuando el primer toro de la tarde abrió una de las puertas de emergencia del coso, se coló en el callejón y le cogió de lleno, golpeándole la cabeza contra un hierro. El anciano falleció tres días después, el miércoles, en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tras la cogida, el astado siguió recorriendo el callejón. Estaba atestado de gente. Juan, un niño de 10 años que sufrió rotura del fémur de la pierna izquierda, fue otra de sus víctimas.El Partido Popular de Loeches ha solicitado que se abra una comisión de investigación. El portavoz municipal de los populares, Felipe Ruiz, aseguró que si la puerta por la que entró el astado hubiera tenido puesto su correspondiente candado, Isidro estaría vivo. El alcalde de Loeches, Pedro Díaz, del PSOE, aseguró que todo estaba en regla y que fue "un desgraciado accidente".
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200 personas se agolpaban en el callejón de la plaza de Loeches cuando atacó el astado
VIENE DE LA PÁGINA 1El festejo, una novillada de rejones, comenzó a las seis de la tarde. Más de 200 personas, entre ellas numerosos niños desde los cuatro años de edad, se agolpaban en el callejón, bien con la intención de ver desde allí la corri:da, bien esperando acceder a las gradas.
Loeches tiene plaza de toros permanente. El coso está construido en chapa y una talanquera de barrotes verticales separa la arena de los muros exteriores de la plaza, sirviendo a la vez de callejón y de acceso a las gradas. Además de la puerta principal y la de chiqueros, existen otras dos puertas de emergencia por e "si hay algún herido no cabe a camilla entre los barrotes", según el concejal popular Felipe Ruiz.
Por una de esas puertas de emergencia (en primer plano en la foto) entró el toro. Estas puertas que se abren hacia al coso se suelen asegurar durante los festejos con un candado. No fue el caso. Apenas cinco minutos después de las seis, el primer toro salió a la plaza, se dirigió al centro del ruedo y desde allí enfiló hacia una de las puertas de emergencia y la embistió. Según Ruiz, el errojo estaba corrido, pero no tenía puesto el candado, lo que facilitó al astado abrir la puerta y penetrar en el callejón.
El toro recorrió media plaza por el callejón atestado. Cogió primero a Federico Torres, un vecino de Loeches que roza la cincuentaria; después pasó por encima de Juan, un niño de 10 años; levantó en el aire a Isidro Díaz, provocando que se golpease en la cabeza con uno de los hierros de las gradas, y antes de salir de nuevo a la arena por la puerta grande golpeó también a Vicente García, un residente en Velilla de San Antonio también cincuentón. Federico y Vicente sólo sufrieron, contusiones, y Juan permanece ingresado en el hospital Gregorio Marañón con el fémur fracturado. Su recuperación durará tres semanas. Tras el incidente, la novillada continuó.
"Ese cierre tendría que haber tenido el candado echado y detrás una persona con la llave por si ocurría algo. De hecho, al día siguiente se puso una cadena y un candado", argumentó Ruiz al explicar el resultado de la comisión de investigación. El edil popular no ve mal que hubiese tanta gente en el callejón.
El alcalde, el socialista Pedro Díaz, asegura que la puerta abrió hacia el ruedo tras varias embestidas del novillo. Su teoría es que éste embistió los barrotes y al retroceder arrastró la puerta con él, abriéndola. Reconoce que el cerrojo no estaba bloqueado con el candado, pero afirma. que esto no hubiese impedido al competa abrir la puerta. "Lo hemos probado-golpeando con una maza, el candado habría saltado de todas maneras" añade.
"No fue más que un desgraciado accidente. Habíamos tomado todas las medidas de seguridad necesarias", añade el regidor, que ha llevado el caso a los juzgados.
