El enviado especial de EL PAÍS y ocho diputados, detenidos por Francia en Mururoa
El pequeño velero La Ribaude, de Greenpeace, y sus 19 ocupantes, exhaustos y marcados, según los franceses, cayeron ayer en una operación bélica, digna de James Bond. La Ribaude había logrado penetrar una milla en la zona de exclusión de 12 millas (20 kilómetros) impuesta por los franceses alrededor del atolón de Mururoa, donde realizan sus pruebas nucleares. Pronto se vieron rodeados por helicópteros, lanchas neumáticas y una fragata franceses. Ante la impotencia de los ocupantes, los comandos, abordaron el barco y los detuvieron a todos, incluidos ocho parlamentarios de Suecia, Italia, Luxemburgo, Australia y Nueva Zelanda, y siete periodistas, entre los que se halla el enviado especial de EL PAÍS, Enric González.
El portavoz de la organización ecologista, en Papeete, Roger Spautz, comento que además de los políticos y los periodistas también iban a bordo dos miembros del grupo austriaco ecologista Global 2000. El resto eran miembros de la tripulación. EL PAÍS intentó comunicar ayer con algún responsable de la Embajada de Francia, en Madrid para interesarse por la suerte de su enviado especial, pero ningún representante diplomático quiso dar una respuesta.La Ribaude había recogido la bandera de la protesta después de que otros tres barcos de Greenpeace -incluidos el Rainbow Warrior II y el MV Greeppeace- quedasen fuera de combate, y ayer entró en la zona de exclusión con el propósito de entregar a las autoridades un comunicado contra las pruebas nucleares. Otras 15 embarcaciones de la flotilla de la paz avanzaban con La Ribaude, pero cambiaron el rumbo en el último momento y se quedaron al borde de la zona.
Las fuerzas francesas observaban el movimiento naval y, según un periodista a bordo del barco oceanográfico neozelandés Tui, que captó los radiomensajes cruzados, una patrulla advirtió a La Ribaude que se estaba internando en aguas prohibidas y pidió que variase su rumbo. El barco respondió que iba en misión de protesta pacífica, y luego se oyó una voz que decía: "No nos detendremos a menos que utilicen la fuerza".
Gritos a bordo
A las 15.30 del sábado (3.30 de la madrugada de ayer en España) se produjo el abordaje, según las autoridades militares francesas. EI representante de Greenpeace en España, Xavier Pastor, informó a EL PAÍS desde Tahití que el barco entró en el límite de las 12 millas a las 13.30, hora local, y a las 14.24 fue detenido. Un portavoz de la organización en WeIlington, Michael Szabo, declaró que estaban manteniendo "contacto por radio cuando empezaron a oírse gritos a bordo y perdimos la comunicación".
Los ocho parlamentarios llevaban consigo un Manifiesto de los parlamentarios internacionales en Mururoa, que trataban de difundir a través de los periodistas que les acompañaban, pero cuando vieron que iban a ser abordados lo leyeron por radio: "Condenamos la arrogancia y la actitud colonial del Gobierno francés y su indiferencia y desprecio por todas las naciones del Pacífico sur", decían. El manifiesto señala que Francia está violando los tratados internacionales y que con esa política incita. a otros países a seguir su misma política nuclear. La declaración concluye pidiendo a Francia que ponga a disposición de los científicos toda la información que guarda sobre los atolones de Mururoa y Fangataufa, donde realiza las pruebas.
Una portavoz militar francesa en Papeete, Annie Grimal, aseguró: "Han sido detenidos con amabilidad. La gente que iba a bordo estaba exhausta y mareada". Según esta portavoz, los políticos detenidos son dos australianos, dos neozelandeses, dos italianos, una sueca y un luxemburgués, Los 17 pasajeros fueron trasladados a la fragata La Tapageuse, que los llevó a Mururoa, donde fueron instalados en la enfermería de la base militar. "para descansar y restaurar fuerzas". Los dos tripulantes condujeron a La Ribaude también a Mururoa. Se espera la repatriación de los 17 pasajeros detenidos a Papeete en las próximas horas.
Pastor dijo que la idea de "exhaustos y mareados" la utilizan constantemente los franceses. "Han llegado incluso a decir que los de La Ribaude estaban tan cansados y mareados que entraron en el límite de las 12 millas sin darse cuenta o a propósito para poder ser repatriados", Pastor reconoce, sin embargo, que cansados sí debían de estar "tras varios días en el mar y en un barco tan pequeño".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Pruebas nucleares
- Ecologismo
- Greenpeace
- Enric González
- Diplomacia
- Armada
- Libertad prensa
- Armas nucleares
- Polinesia
- Fuerzas armadas
- Ecologistas
- Relaciones internacionales
- Organizaciones medioambientales
- Francia
- Oceanía
- Europa occidental
- Política exterior
- Armamento
- Sucesos
- Defensa
- Protección ambiental
- Ideologías
- Europa
- Medios comunicación
- Comunicación