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EE UU dispara 13 misiles de crucero contra las defensas antiaéreas serbias

El buque norteamericano Normandy disparó ayer desde aguas del mar Adriático 13 misiles de crucero Tomahawk contra las baterías antiaéreas serbobosnias en Banja Luka, al noroeste de Bosnia. El ataque, el primero en el que se emplean estas armas desde que el pasado 30 de agosto comenzó la operación de la OTAN Fuerza Deliberada, comenzó a las 20.41 (hora española) y tuvo por objetivo destruir las bases de radares y misiles serbobosnios para garantizar el vuelo de los cazabombarderos de la Alianza Atlántica. Un portavoz de la OTAN negó que esta acción represente una escalada en su campaña aérea.

El capitán Jim Mitchel, portavoz del Comando Sur de la OTAN con base en Nápoles (Italia), restó Importancia al empleo por primera vez de los misiles Tomahawk: "Seguimos golpeando la misma clase de objetivos, los sistemas de defensa aérea. La única diferencia, esta vez es que hemos usado un sistema de armas conocido por su, alta precisión y que funciona con cualquier clase de tiempo y sin necesidad de piloto". "Ya era hora de que acabáramos con esas baterías en el noroeste de Bosnia. Eran peligrosas para nosotros", añadió. El Ejército serbobosnio tiene en Banja Luka una de sus más poderosas bases militares y de allí partió el misil que abatió un F-16 norteamericano el pasado junio.La decisión de emplear misiles (de crucero contra los serbios de Bosnia fue aprobada el pasado jueves por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, indicó ayer Jim Fetig, portavoz de la presidencia norteamericana, que reiteró que su uso no implica una escalada bélica, sino que "forma parte del plan táctico en curso", informa France Presse.

La primera reacción del Gobierno serbobosnio de Pale fue de incredulidad e indignación. "Esto representa una escalada militar. No puedo imaginar que pasa por las mentes de la gente que dispara estas armas", dijo una fuente gubernamental serbia, que consideró increíble que el ataque se produjera al término de la entrevista mantenida ayer entre el general Ratko Madic, jefe de las tropas serbias en Bosnia, y el comandante de las fuerzas de la ONU, general Bernard Janvier. El Ejército serbobosnio aseguró anoche que el ataque de la OTAN han causado "muchos muertos y heridos" y que "abastecimientos de agua, plantas de energía y otras infraestructuras" han sido destruidas.

A primeras horas de la tarde, aviones de la OTAN bombardearon posiciones de armas pesadas serbias en los alrededores de Tuzla. También ayer llegó a aguas del Adriático el portaaviones America para sumarse al Roosevelt, desde el que se ha llevado a cabo hasta ahora buena parte de la operación de la OTAN.

Desafío de Mladic

Sin embargo, ninguna de estas advertencias de la OTAN -y a la espera de las consecuencias que tenga el ataque con misiles de crucero de anoche- ha servido hasta ahora para forzar al general Mladic a firmar por escrito su compromiso de retirar el armamento pesado fuera de un radio de 20 kilómetros de Sarajevo, permitir la apertura de las rutas humanitarias, abrir el aeropuerto y levantar el asedio a las zonas declaradas seguras por la ONU.

Mladic insiste en que no va a retirar el armamento pesado de Sarajevo porque está en juego la defensa de los civiles serbios que viven en la capital bosnia, según declaró ayer Igor Ivanov, viceministro de Exteriores de Rusia y enviado especial del presidente Borís Yeltsin, que en la noche del sábado mantuvo con él una entrevista de tres horas.

El general serbio ofreció, en cambio, aliviar el bloqueo de Sarajevo, es decir, abrir los accesos a la ciudad; se comprometió a no cortar los suministros, de agua, gas y electricidad, y se mostró dispuesto a entablar negociaciones con los jefes militares croata y bosnio-musulmán para la firma de un alto el fuego completo y sin condiciones

Por otra parte, los tres observadores militares de la ONU (un español, un ruso y un finlandés) que tenían previsto desplazarse ayer a territorio bajo control serbio en los alrededores de Sarajevo para comprobar los daños causados a la población civil por un supuesto ataque de la Fuerza de Reacción Rápida (FRR) bajo mando de la ONU, contra un hospital que, según fuentes serbias, costó la vida de 10 personas y heridas a otras 22, suspendieron la visita hasta hoy por motivos de seguridad.

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