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Prince, el 'esclavo' mejor pagado de la historia

El artista lanza con el nuevo nombre de AFKAP un álbum después de un largo pleito con su discográfica

Los admiradores de El Artista Antes Conocido Como Prince van a tener que acostumbrarse a un nuevo cambio de nombre del músico: A. F. K. A. P., iniciales que corresponden justamente a esa ausencia de nombre, las siglas en inglés de Artist Formerly Known As Prince. Dejado atrás el impronunciable símbolo, las cosas empiezan a ser legibles otra vez -al menos en su idioma-, sobre todo ahora que parece haber solventado el largo problema con su discográfica, la Warner, que finalmente ha decidido lanzar mundialmente el 22 de septiembre el disco The gold experience, secuestrado durante dos años, según ellos, para no saturar el mercado con la obra del prolífico artista de Minneápolis.Por esa razón, en los últimos meses AFKAP ha aparecido en público y en fotos con la palabra esclavo escrita en el rostro. Un esclavo que ha querido "proclamar su libertad creativa", a pesar de los 13.200 millones de pesetas que lo ataron a esta compañía en 1992.

Lo cierto es que la incontinencia de este músico es imparable, o tal vez lo sean sus tretas de autopromoción. Desde su fortaleza musical en Paisley Park se ha embarcado en la producción de otros jóvenes artistas o ha lanzado bajo el nombre del símbolo impronunciable, y al lado de su grupo New Power Generation, algunos otros trabajos, escondiéndose fisicamente en las fotos con un antifaz y algún otro seudónimo que a pocos engañaba, para evadir los requerimientos de la gran discográfica que lo esclaviza, aunque sólo mientras use el nombre de Prince. El lanzamiento mundial de The most beautiful girl in the world como single (tema que se incluye en este nuevo álbum); la del orgásmico Come, en 1994, o el Black album, una edición autopirata grabada en 1987, lo han mantenido en el candelero.

Por eso, tal vez, en The gold experience se oye una voz femenina que dice en castellano: "Prince está muerto, ¡que viva para siempre el poder de la nueva generación!". Posiblemente no lo veamos utilizar su nombre original otra vez. Pero el espíritu inquieto y creativo sigue dando muestras de su vitalidad.

Una voz actúa como azafata entre canción y canción a lo largo de un vuelo cibermusical simulado, y en un momento dice: "Bienvenido al amanecer, acaba usted de acceder a la Bella Experiencia. Esta experiencia incluye, el ligue, el sexo, el compromiso, el fetichismo, la soledad, la reivindicación, el amor y el odio". Un resumen de las fijaciones del "genio de Minneapolis", dispuesto a guiar a sus seguidores por un camino hacia "la lucha por la libertad personal, artística y política".

Como parte de la campaña de protesta, AFKAP (¿nos acostumbraremos a llamarlo así antes de que decida cambiar de nombre otra vez?) venía interpretando en sus actuaciones en vivo algunos temas de The gold experience. Con esas pistas, la crítica especializada lo ha calificado ya como "su mejor álbum desde Sign o' the times, publicado en 1987" (Time out).

Un solo espiritu

Lo que ofrece ahora es quizá su trabajo más coherente en los últimos años de una larga trayectoria como singular cantante. Hay un hilo que une los diferentes temas en un solo espíritu a pesar de las aparentes disonancias entre ellos, tanto en los estilos musicales como en el contenido de las letras. Un trabajo menos histérico o exhibicionista, como es habitual en todas sus presentaciones musicales y personales, aunque no menos contradictorio e intenso.Prince, antes símbolo y ahora AFKAP, parece estar metido desde hace tiempo en una indagación íntima de autoconocimiento y devaneos místicos. Él suele llamar a este camino hacia el conocimiento "buscar oro". Por eso este trabajo se titula así. Y también porque, según él, este disco trata "sobre la lucha por la libertad personal, artística y política". Resultado de una temporal esclavitud que, sin duda, será recompensada con "oro", tanto económico como filosofal.

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