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INTERVENCIÓN ALIADA EN LOS BALCANES

España pide a Rusia que influya sobre los serbios para conseguir la paz

El Gobierno español se sumó ayer a sus socios europeos para pedir a Rusia que ejerza toda su influencia sobre los serbios para lograr la paz en la antigua Yugoslavia, y, al término de, su primera entrevista con el jefe de Estado ruso, Borís Yeltsin, el presidente Felipe González se mostró optimista: "Creo que la solución al conflicto puede llegar pronto".

El Kremlin es ahora un lugar de peregrinaciones. Primero vino, el lunes, el canciller alemán Helmut Kohl; el martes, el secretario del Foreign Office británico, Malcolm Rifkind; y ayer González, que hoy repetirá visita en tanto que presidente de la Unión Europea (UE) y acompañado además por el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer.En sintonía con los anteriores huéspedes de Yeltsin, el jefe de la diplomacia española, Javier Solana, constató que sobre los ataques aéreos de la OTAN contra los serbobosnios "la posición de Rusia es contraria", e incluso calificó de "duro" el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, que el martes condenó con "firmeza ( ... ) la lógica de la represión" y de la fuerza que practica la Alianza Atlántica. "El bombardeo de la OTAN es inaceptable", le dijo Yeltsin a González.

Aun así, los bombardeos continuarán, aseguró Solana. "La responsabilidad de estos ataques", afirmó, "incumbe a los serbios de Bosnia, que han de cumplir las resoluciones de la ONU y retirar las armas pesadas en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de Sarajevo. Mientras no sea así seguiremos con la misma política".

Tal desacuerdo entre Moscú y la UE no impide, sin embargo, que los rusos sean "conscientes dé que existe una oportunidad" de alcanzar la paz "que no debe ser desaprovechada", recalcó Solana refiriéndose a la reunión en, Ginebra, el viernes, de sus homólogos de Serbia, Croacia y Bosnia. Hay en Rusia "una voluntad de participar en la solución", dijo González.

La cita tripartita de mañana puede, declaró González en un alarde de optimismo, poner en marcha una dinámica, negociadora rápida. Se ha producido "un cambio psicológico" entre los beligerantes y la solución al conflicto puede llegar pronto", agregó. ¿Incluso, antes de fin de año? "Cabe esa posibilidad", contestó.

Solana dio a entender que en cierta medida el apoyo de las autoridades rusas al régimen de Belgrado estaba dictado por consideraciones dé política interior en un país cuya población, eslava y ortodoxa es afín a los serbios. La reacción rusa, prosiguió más tarde González, pone de relieve "un trasfondo de desconfianza" hacia la OTAN. En Moscú se preguntan, concluyó, "qué significa la ampliación de la OTAN hacia el Este si ya no se considera a Rusia como enemiga".

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Un sinfín de manifestaciones públicas avaló ayer estos argumentos. La Duma (Cámara baja) fijó para el 10 de octubre una sesión extraordinaria dedicada monográficamente al conflicto yugoslavo. Con vistas a esta reunión han sido redactadas por los grupos parlamentarios numerosas resoluciones que serán sometidas a votación. Una de ellas, presentada ayer, pide a Yeltsin no sólo que levante las sanciones impuestas por la ONU a Serbia, sino que imponga un castigo a Croacia. Sus anfitriones rusos han debido apaciguar los temores de la delegación española porque Solana afirmó que "no habrá ninguna suspensión unilateral de sanciones" contra Belgrado.

Otra resolución insta a Yeltsin a dejar en suspenso la participación de Moscú en el programa de, la OTAN Asociación para la Paz, al tiempo que le solicita que destituya a su ministro de Exteriores, Andrei Kózirev.

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