Partidos y reforma
La situación política en Rusia está hoy determinada por las próximas elecciones. Aunque, los comicios a la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento) tendrán lugar primero, el 17 de diciembre de 1995, la política dominante del año son las elecciones a la presidencia de la Federación Rusa, para las que quedan aún más de 10 meses.Las elecciones parlamentarias, por supuesto, tienen su propia importancia e intriga. En ellas la cuestión clave, que divide a los partidos y movimientos democráticos y coaliciones preelectorales, es la capacidad de realizar reformas economicas y, en parte, políticas en nuestro país.
Hoy existen dos líneas reformistas elaboradas con precisión:
La primera es la que el Gobierno de Yegor Gaidar y de Víktor Chernomirdin han practicado desde hace tres años y medio. En el espectro político está representada por La Ópción Democrática de Rusia, el partido de Gaidar. Esta política, que desde el principio fue realizada en interés de la minoría que más tarde fue denóminada como los nuevos rusos, produjo la decepción profunda de la mayoría de la población, no sólo en relación a las reformas, sino en relación a la misma democracia.
Esto se debe a que el considerarse demócrata fue una especie de monopolio de quienes apoyaban la política del presidente Yeltsin y la línea económica de Gaidar y Chernomirdin. De esta formal a la sociedad se le impuso un dilema primitivo: o la reforma al estilo de Gaidar y Chernomirdin o la restauración del comunismo. Y como la mayoría está, decepcionada de las reformas, se inclina ahora hacia los comunistas, los representantes del Partido Agrario y los nacionalistas de VIadímir Zhirinovski. La única forma de detener el movimiento de la sociedad en esta dirección es convenciendo a la gente de que existe una alternativa democrática a la actual política de reformas.
La línea reformista altemativa existe y está representada por el movimiento social Yavloko, que dirige el autor de estas líneas. La apoyan algunas organizaciones políticas. Dado que muchos electores de talante democrático no aceptan la reforma al estilo de Gaidar, consideramos que en la Duma Estatal deben estar representados diversos movimientos reformistas con diferentes puntos de vista sobre la reforma. Por eso, en mayo de 1995 rechazamos la propuesta de Gaidar para unimos en un único bloque.
La confianza menguante de los ciudadanos ha obligado a la Administración del presidente a formar su propio partido del poder para las elecciones. En abril de 1995 se decidió formar dos bloques gubernamentales: uno de centro derecha dirigido por el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, y otro de centro izquierda bajo la dirección del jefe de la Duma Estatal, Iván Ribkin. Con estas maniobras se intenta poner al ciudadano ante un falso dilema entre dos fuerzas leales al presidente y controladas por él. La puesta en práctica del plan de los dos bloques debe reforzar a la nueva élite en el poder y quitar posibilidades electorales a sus competidores.
El bloque de Víktor Chemomirdin, Nuestra Casa es Rusia (NCR), se ha formado bastante deprisa: el presidente dio orden al primer ministro y a los jefes de las administraciones provinciales que él mismo había nombrado. Éstos, a su vez, dieron orden a sus subordinados, que inscribieron en las filas del partido a todos los funcionarios de la vertical ejecutiva del poder, subordinada al presidente y al Gobierno. Sólo conozco un país en el cual un partido se haya formado de este modo: la Cuba de Fidel Castro. Por lo general suele ocurrir al revés: el presidente y el Gobierno no forman los partidos, sino que los partidos forman a los presidentes y los Gobiernos.
Lo sucedido con el bloque de izquierda ha sido desconcertante. Por si no bastara con que dirigentes locales prefirieron ingresar en el bloque del primer ministro y con que Ribkin sólo consiguiera atraer a marginales, los líderes de las dos organizaciones que formaban la columna vertebral del bloque -el Partido de la Industria Unida y el movimiento Los Sindicatos de Rusia a las Elecciones (una coalición de jefes sindicales)- anunciaron que están en la oposición al Gobierno, a pesar de la actitud del jefe del Parlamento. Así pues, este bloque no se ajusta a las ideas de sus promotores.
La creación del partido en el poder ha cambiado la situación política en el país. Las cosas se han complicado en el Partido Agrario, donde se advierte un cisma entre los moderados y los radicales, y en el Partido Comunista de la Federáción Rusa, donde no está excluido que suceda lo mismo. En el ala democrática, el Partido de la Unión y la Concordia de Rusia (el PRESS, de Serguéi Shajrai), se ha diluido en el bloque de Chernomirdin y se han debilitado las posiciones de la Opción Democrática de Rusia (el partido de Gaidar), que las autoridades ya no necesitan en calidad de partido del Gobierno. Pero lo más paradójico es que el presidente del comité ejecutivo del bloque del primer ministro ha anunciado que el NCR es un partido de oposición. Ahora, para acabar de completar el cuadro, sólo queda que el mismo presidente, Borís Yeltsin, pase a la oposición de las autoridades actuales.
Las elecciones parlamentarias, según cuáles sean sus resultados, pueden o bien acelerar la transformación de Rusia en un Estado corporativo olígárquico o bien crear las condiciones para impulsarla hacia la economía de libre mercado y la democracia.
Sin embargo, la importancia decisiva para el futuro de Rusia, para la elección entre dos posibles vías de desarrollo, corresponde a las elecciones presidenciales. En ellas se resolverá la cuestión del poder y la incógnita sobre el régimen político que se instaurará en Rusia por largo tiempo. Por eso, en estas elecciones se requiere una amplia coalición de fuerzas democráticas de oposición cuya meta principal sea proponer a los electores una alternativa a las autoridades actuales, un programa de cambios constitucionales y un programa de desarrollo de las relaciones federativas en Rusia. Para esto, sin embargo, se necesita un nuevo presidente.
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