Sílencio y luto en las minas españolas

Las cuencas mineras españolas guardaron ayer silencio. En las de Asturias, aflicción y estremecimiento eran los sentimientos goneralizados. Callaron los chirridos metálicos de las jaulas y de las poleas, los castilletes de los pozos amanecieron huérfanos, no se oyeron los lavaderos de carbón y cesó el trajín de las vagonetas. Los casi 50.000 trabajadores de las españolas expresaron -con una huelga de 24 hora secundada masivamente, según fuentes sindicales- su duelo y dolor por la catástrofe del pasado jueves en el pozo San Nicolás, de Hunosa, en Asturias, en el que perdieron la vida 14 trabajadores a causa de una explosión de grisú. El paro, con el que se reclaman también mayores medidas de seguridad, se prolongará en Asturias hasta la medianoche del martes

Ayer, segundo día de luto oficial en el principado, el paro fue total entre los 15.000 mineros asturianos, y en Mieres y otros municipios hulleros del valle del Caudal el dolor y la congoja quedaron de manifiesto con una huelga general que afectó a todos los sectores.A primera hora de la tarde se había hecho extensiva al valle minero del Nalón, coincidiendo con la celebración de las honras fúnebres de 10 de las 14 víctimas.

En Oviedo, varios cientos de personas protagonizaron a mediodía, en una plaza céntrica de la capital asturiana, una concentración silenciosa de cinco minutos durante la que también se detuvo el tráfico.

El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, asistirá hoy en la catedral de Oviedo a un funeral conjunto, por los 14 trabajadores fallecidos, organizado por el principado de Asturias, la delegación del Gobierno y la empresa estatal hullera Hunosa.

Al acto religioso, que será oficiado por el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, han anunciado su asistencia varios ministros del Gobierno, responsables de la Agencia Industrial del Estado, propietaria de Hunosa, y las autoridades regionales.

Los Reyes de España hicieron llegar un telegrama al Gobierno asturiano expresando su condolencia por lo ocurrido y el ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, expresó en nombre del Gobierno su pesar,y la solidaridad del Ejecutivo "con Asturias y con la familia minera".

El presidente del principado, Sergio Marqués, difundió una petición de su Gobierno al conjunto de los españoles para que hoy tengan un recuerdo para con las víctimas de la fatal catástrofe del jueves.

Los funerales y entierros de 10 de las 14 víctimas del siniestro reunieron ayer a miles de personas -en las localidades de Mieres, Ablaña, Moreda, Boo y Gijón, donde residían.

Los cadáveres de los cuatro trabajadores checos pertenecientes a una empresa subcontratada, y que perecieron en el mismo accidente, aguardan en la residencia sanitaria de Murias, en Mieres, su repatriación, lo que podría producirse en las próximas horas, una vez que se ultimen todos los trámites precisos.

Velatorio de los checos

Grupos de trabajadores y de sindicalistas se han turnado ininterrumpidamente desde el mismo jueves para velar los cadáveres de los trabajadores checos. Directivos de Hunosa acompañarán a los cuatro féretros hasta su país de origen y ha sido cursada, por la dirección de la empresa estatal minera, una invitación a los sindicatos para que una representación de trabajadores forme parte de esa delegación.En Mieres se declaró huelga general y las banderas ondearon a media asta. Entre las cuatro y las seis de la tarde, coincidiendo con las celebraciones religiosas por los fallecidos, el cierre del comercio y el cese de todas las actividades se hicieron también extensivos a otros municipios del Caudal y al vecino valle minero del Nalón. Durante las exequias fúnebres volvieron a repetirse escenas de angustia y de desesperación entre los familiares de los fallecidos, y cientos de mineros, vecinos y amigos de las víctimas abarrotaron, en absoluto silencio, el interior y las explanadas de los templos.

Las reacciones políticas y sindicales no han cesado de producirse. La investigación de las causas y circunstancias del accidente, iniciada el mismo miércoles, tardará presumiblemente en alcanzar conclusiones definitivas, según fuentes de Hunosa, por la gran complejidad y el carácter excepcional de la catástrofe, aunque tanto la empresa como fuentes del Gobierno regional han expresado su compromiso de no regatear esfuerzos en el esclarecimiento de los hechos. La dirección de Hunosa ha reiterado que "se llegará hasta el final".

Los dirigentes sindicales asturianos han vuelto a expresar su exigencia del máximo rigor en la investigación y en la depuración de responsabilidades si las hubiese, y lo mismo hicieron los secretarios generales de UGT y de USO, Cándido Méndez y Manuel Zaguirre, y el presidente de CC OO, Marcelino Camacho, que ayer viajaron a Asturias para sumarse al duelo por los mineros fallecidos. Varios líderes sindicales pidieron prudencia en el manejo de hipótesis no contrastadas y alertaron sobre cualquier intento de atribuir el siniestro mediante cábalas o conjeturas a algún error humano, y en particular de las víctimas.

El presidente asturiano ha solicitado la intervención de la Comisión Nacional de Seguridad Minera y del Comité de Seguridad de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), competente en la investigación de siniestros mineros con más de cinco víctimas.

También la junta de portavoces de la Junta General del Principado (Parlamento) ha expresado su exigencia de que se aclare lo ocurrido e Izquierda Unida de Asturias presentó ayer en la Cámara regional una iniciativa para la creación de una comisión parlamentaria de investigación.

La Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE) ha solicitado, por su parte, la comparecencia ante la junta general del consejero de Economía de Asturias, Juan Alsina, quien ha anunciado que su departamento está estudiando la modificación de cuantos reglamentos de ámbito regional sea preciso para mejorar la seguridad en las minas.

El Grupo Popular en el Congreso pidió ayer la comparecencia del presidente de Hunosa, del director general de Minas y del presidente de la Comisión de Seguridad Minera.