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Dos víctimas del triple crimen de Alcalá eran empresarios valencianos

La policía investiga la relación del triple crimen de Alcalá de Henares con el narcotráfico colombiano, posiblemente el poderoso cartel de Cali. El brutal asesinato, según esta primera hipótesis, sería consecuencia de un ajuste de cuentas motivado por el intento de las víctimas de pagar con dinero falso una entrega de cocaína de la organización criminal. Los tres fallecidos -Ignacio Rives Rocher, gandiense, de 47 años; José Luis Izquierdo, abogado valenciano, de 28, y un camerunés sin identificar, fueron acribillados a balazos y, después, calcinados con gasolina dentro de un coche abandonado en un recóndito barranco de Alcalá (166.000 habitantes). Los cuerpos fueron descubiertos la madrugada del 16 de agosto pasado. Ninguno de los muertos poseía antecedentes penales.

Ignacio Rives, separado desde septiembre y con una hija de tres años, era un conocido empresario de la localidad valenciana de Gandía, informa Esperança Costa. En los ochenta, con sus negocios de construcción, nadó en la abundancia. Socio del elitista club náutico, la eslora de su embarcación superaba a las demás. A finales de la década dorada su suerte se quebró. Arruinado, empezó a montar extrañas empresas, según sus conocidos quienes le tachaban de ingenuo. En las últimas semanas no paraba de viajar a Madrid. "Decía tener con unos abogados de Valencia un negocio inmobiliario con rusos, pero nadie se fió de él", comentaba ayer un íntimo.

La última vez que se le vió con vida fue el 14 de agosto en Valencia, como informó ayer El Mundo. Según fuentes de la investigación, en dichas fechas se reunió, en compañía de su amigo Izquierdo, con un tercer hombre, posiblemente relacionado con el narcotráfico. Dos días después fueron descubiertos los cadáveres calcinados de Rives, Izquierdo y el camerunés dentro de un Volkswagen Golf blanco robado la víspera en el distrito de Chamartín. Los tres cuerpos estaban en el asiento de atrás con los brazos hacia delante.

La carbonización de los restos dificultó su identificación. Junto a los cuerpos, la policía encontró siete casquillos del calibre 9 milímetros Parabellum, la patilla de unas gafas, una medalla y una prótesis dental. Estos dos últimos objetos pertenecían a Rives y facilitaron su identificación por parte de su madre. El cadáver de Izquierdo aún no ha sido reconocido por sus familiares. Del camerunés sólo han quedado los restos ilegibles de su pasaporte.

Desde el mismo día del hallazgo de los cadáveres, la policía ha sospechado del narcotráfico internacional y de sus sicaríos. Ahora, los indicios apuntan con fuerza a una banda contratada por el cartel de Cali para hacer pagar a Rives e Izquierdo la osadía de intentar entregar dinero falso -posiblemente 50 millones de dólares- a los narcos. El sumario ha sido declarado secreto por el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá.

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