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El Polisario desenfunda los cañones

El movimiento saharaui amenaza con volver a las armas si la ONU no hace cumplir para diciembre el plan de paz

Alfonso Armada

"Se están desenfundando los tanques y los cañones". La conclusión del 90 Congreso del Frente Popular de Liberación de Saguia, el Hamra y Río de Oro (el Frente Polisario, FP), en boca de uno de los participantes, deja pocos resquicios para que el eternamente pospuesto referéndum sobre la autodeterminación del antiguo Sáhara Español vea algún día la luz. Sin embargo, el Frente ha cuidado mucho en los tres días de sesiones a puerta cerrada bajo un sol de justicia a 70 kilómetros de Tinduf, en el más árido rincón del desierto argelino, de dejar en las manos de las Naciones Unidas la patata caliente de la paz.Aunque los periodistas fueron mantenidos en una suerte de cordón sanitario a 60 kilómetros del campamento Doce de Octubre, donde los 1.811 delegados saharauis (900 de ellos mandos militares) votaron el martes las resoluciones finales, la virulencia de los debates corrió sobre la arena flambeada a casi 50 grados de temperatura, "Lo que el Frente Polisario no hará en ningún caso será volver a la guerra si el Consejo de Seguridad decide ponerse firme en la defensa y la aplicación del plan de paz".

Pero en el seno, del FP hay muy pocas esperanzas de que lo que no se ha hecho hasta ahora, comience a ponerse en práctica. El Congreso fijó en la guadaña del fin de año el límite para que la ONU "se ponga las pilas", como recalca Abidin Kaid Salah, que conoce bien lo que se cuece en la cúpula saharaui. Diciembre es, de momento, el último plazo, un tiempo exiguo si se tiene en cuenta que la primera fecha para el referéndum data del primer trimestre de 1992. "La paciencia de nuestro pueblo, después de veinte años de exilio y de vivir en campamentos de refugiados, está a punto de agotarse", advierte el propio presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz. El presidente, que asistió a todas las sesiones vestido con su casaca militar, reveló la víspera de las votaciones finales que hubo "unanimidad" en la. desconfianza. "El FP duda de que la ONU pueda garantizar la realización del plan de paz", y, como consencuencia, "el FP está decidido a volver a la resistencia si fracasa el plan de paz. El sentimiento, que prevalece es que de aquí a fin de año vamos a un referéndum o volvemos a la lucha armada"."Condiciones mínimas"El informe del que fuera subdirector de Control del Censo de la ONU para el Sáhara Occidental, Frank Rudy, en el que criticaba la tolerancia de la ONU ante las reiteradas obstrucciones de Marruecos a la preparación del referéndum, no ha provocado hasta ahora ningún cambio visible. El registro de votantes sigue. a paso. de tortuga. Por eso, el Polisario ha hecho llegar a la ONU las tres "condiciones mínimas" para evitar que, después de ser desenfundados los canones, vuelvan a hablar: 1. Detener la invasión de colonos marroquíes (hasta, el momento se han instalado, dicen, cerca de 150.000) y vigilar la frontera entre Marruecos y el Sáhara Occidental. 2. Protección de los ciudadanos saharauis en los territorios ocupados. 3. Poner fin al bloqueo de las zonas ocupadas (casi todo el territorio del Sáhara Occidental, amparado por seis muros de centenares de kilómetros) y permitir el acceso de observadores y periodistas.

Un día antes de que en el campamento Doce de Ocubre se abriera el 90 Congreso del FP, y los casi 2.500 delegados e invitados casi perecieran bajo un calor y una humedad que puso el termómetro en el disparadero, salía a la calle la primera promoción de 1.200,oficiales y suboficiales formados en las academias militares del FP tras la firma del alto el fuego. Al mismo tiempo, todos los mandos del Ejército de la RASD que se encontraban colaborando con la Misión de la ONU en el Sáhara Occidental (Minurso) han vuelto a sus bases. La maquinaria militar se ha puesto en marcha, aunque, confiesan bajo cuerda algunos dirigentes saharauis, nunca se ha permitido que se oxidara. Algunos cooperantes con los refugiados de Tinduf, en cuyo desolado extrarradio de roca y arena se levantan 25 campos con cerca de 250.000. refugiados saharauis, todavía recuerdan la exhibición de carros de combate y misiles hecha por el Frente hace dos años, con motivo de su 200 aniversario.Los debates más encendidos tuvieron, como objetivo la elección de secretario general (cargo que implica el de presidente), que según todos los indicios apuntaban a la ratificación de Abdelaziz. En el. congreso se acordó reducir el comité ejecutivo del FP, que pasó de 52 a 33 miembros, y que pasará a actuar como "una especie de Estado Mayor, aunque equilibrado entre militares y civiles", precisa un delegado del Polisario en el exterior, que entiende que lo que ha hecho el Congreso ha sido "otorgar plenos poderes al secretario general". La virulencia de la crítica en los debatés se cebó en tres aspectos: Marruecos, la ONU y la dirección saliente. Algunas voces condenaron que se hubiera aceptado el alto el fuego con Marruecos en junio de 1991 sin conocer antes todos los extremos del plan de paz, "que le han permitido a Rabat torcerlos en beneficio propio". En el análisis del Polisario, uno de los pocos elementos del panorama internacional que les inspira confianza es la actitud de Estados Unidos, "que no está a favor de los saharauis, pero que impide que la ONU dé por válida una solución sucia", estima Hash Ahmed, representante del FP en España. Ahmed, y con él la mayoría de los que soportaron la fiereza de agosto en el 90 Congreso, tienen la certeza de que los plazos no se van a cumplir. "Por eso hemos tenido que hacer este congreso en agosto. Las perspectivas de diálogo son muy malas, y las del referéndum también". En septiembre, el secretario general de la ONU tiene que presentar su informe de situación sobre el Sáhara, y en el mes de octubre el Consejo de Seguridad debe decidir. "La ONU necesita reforzar la estructura de la Minurso para. agilizar el plan de paz. Pero es difícil que la organización libre los fondos necesarios. Si el referéndum no se convoca y la ONU reduce su personal, entonces pediremos la retirada de los últimos contingentes y dejaremos que hablen las armas."

Cónclave bajo el cielo azul del Sáhara

A la caída de la noche, el gran patio de arena de la escuela Doce de Octubre está salpicado de siluetas vestidas con draas (túnicas) azules y blancas, y turbantes negros, iluminadas de soslayo por discretos faroles. Parece una universidad peripatética, una de esas medersas musulmanas que tanto prestigio dieron al islam.Un cielo azul cobalto cuajado de estrellas corona este rincón de la hamada argelina, un desierto atroz. La noche es ardiente. Lenguas de fuego, sobre un viento que en se solivianta y al siguiente se aquietaDe la gran sala de la espuela Doce de Octubre fluye un rumor de palabras: son los más de 200 invitados a la apertura del 90 Congreso del Polisario.La representación española es la más numerosa, y la que insiste en la responsabilidad de España en la tragedia saharaui. Es la noche del 19 de agosto, jornada inaugural de un congreso decisivo para el Polisario.Dos días después, de madrugada, a las cuatro, en el patio duermen, al raso, muchos de los delegados del congreso. El viento se ha vuelto frío, hiriente. El presidente. saharaui, Mohamed Abdelaziz, abrumado por el cansancio, habla de España como si cada palabra le pesara como un juguete de plomo. "España tiene una responsabilidad histórica con el pueblo saharaui. Ahora que preside la Unión Europea, esperamos que presione para que se celebre un referéndum libre y democrático". Pero lo dice sin confianza mientras, afuera, el frío arrecia.

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