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Muere el dibujante Hugo Pratt, creador de Corto Maltés

El marino libertario hizo del 'cómic' un arte

El dibujante italiano Hugo Pratt, creador de Corto Maltés, uno de los héroes del comic más conocido mundialmente, falleció ayer en una clínica de Pully, localidad cercana a Lausana (Suiza), donde había establecido su residencia desde la década pasada. Pratt sufría una enfermedad que no se ha aclarado.

Pratt nació en Rímini (Italia) en junio de 1927, aunque en toda su documentación figuraba Venecia como su ciudad natal. Su personaje, Corto Maltés, un marino apátrida, hijo de un lobo de mar cornuallés y una gitana andaluza, vino al mundo en 1967. La aventura romántica y la postura libertaria son sus dos principales rasgos. Algunas de sus historias, siempre contadas con diálogos cortos e incisivos, se situaron en la Guerra Civil española, luchando con las Brigadas Internacionales. Pratt incluso había llegado a declarar que, de poner fin algún día a las andanzas del marino solitario, lo haría en España.Lo de Corto le venía por el sentido de rápido e ingenioso que esta palabra tiene en Argentina, país en el que vivió Pratt muchos años. Sus aventuras han sido traducidas a ocho idiomas y las ventas de sus álbumes alcanzan en el mundo tiradas millonarias. Sólo en Francia, el país donde más seguidores tiene, cada una de sus aventuras llega al medio millón de ejemplares. La prueba del carisma de Corto está en que, a lo largo de su vida, le han salido muchos compañeros de viaje: desde quienes le identificaron como homosexual -el sexo no está presente de forma muy explícita en sus historias- hasta quienes se apropiaron de su estética para definirle como fascista. Pratt siempre subrayó que, por encima de todo, Corto Maltés es un libertario.

Además, el dibujante italiano creó en los años cincuenta otros carismáticos personajes, como el sargento Kirk y Ernie Pike.

Una vida de novela

Hugo Pratt, que siempre dijo que él hacía "literatura dibujada", era tan viajero como Corto Maltés. La mayor parte de su vida la pasó recorriendo los países en los que luego se desarrollaban las historias de su personaje. Su propia vida podía dar pie a muchas páginas de fantásticas correrías. Era hijo de una mujer apasionada del esoterismo y un ardiente partisano mussoliniano que le inculcó el amor por la lectura de Julio Verne. Su pasión por el viaje también le venía de su padre, pues continuamente le hacía jugar de niño con un globo terráqueo. Pratt vivió de pequeño en Etiopía, se enroló en la Armada británica durante la II Guerra Mundial y luego se marchó a vivir a Argentina. Dominaba ocho idiomas, entre ellos el español, el etíope y el suajili.Para Pratt, Corto Maltés era heredero literario de clásicos como Shakespeare, Milton, Coleridge o Hemingway. Muchos, que ensalzaron el trabajo de Pratt señalando que había elevado el comic a la categoría de arte, le consideran continuador de la tradición literaria y viajera de Conrad, Stevenson y Melville.

En 1988, en una entrevista concedida a este diario, Hugo Pratt contestaba así a la pregunta de si había imaginado un final para su héroe: "Cualquier fin sería siempre un mal fin. Ocurrirá, habrá un final para Corto, pero no pienso hacerlo yo, porque Corto Maltés encontrará otro dibujante que le dé vida. Corto ya no me pertenece exclusivamente".

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