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Reportaje:

El castañar amenazado

La 'fábrica' de castañas de la región, a las puertas de Gredos, amenazada anoche por un incendio

Las inmediaciones del monte de castaños sobre el que este diario ofrece una semblanza sufrieron anoche un grave incendio (véase información en esta página). El lugar, tocado por las llamas, es probable que haya perdido desgraciadamente su altísimo valor natural. El blanco de la flor del castaño puede dar paso al gris de las cenizas. Las líneas que siguen son un testimonio del paisaje que el fuego ha amenazado seriamante en el municipio de Rozas de Puerto Real.Fosfato, potasio, vitaminas a porrillo e hidratos de carbono para parar un tren: la castaña posee tal cantidad de elementos nutritivos que, de no haberse descubierto América (y, de la misma tacada, la patata), ella seguiría siendo uno de los alimentos capitales de nuestra dieta, y las castañeras, que hoy invernan arrinconadas en sórdidas plazuelas de Latina y Lavapiés, le disputarían la clientela.

Más información
Un frente del incendio amenazó a las casas del municipio serrano

Como el acueducto de Segovia o la pizza, el introducir el castaño en España fue idea de los romanos, quienes a su vez lo habían importado de Oriente. La cálida piel de toro se reveló como un terreno ad hoc para el cultivo de esta especie, que, además de suministrar hidratos de carbono en vísperas de la patata, era (y es) apreciadísima por la calidad de su madera, de la cual sacaron abundante partido los maestros toneleros de la Península. Dos mil años más tarde sobrevive asilvestrada aquí y allá; y de los lugares de aquí, ninguno tan densamente arbolado como el término de Rozas de Puerto Real (334 habitantes).

A falta de monumentos y gestas memorables, al pueblo más occidental de entre todos los madrileños sólo le cabe ufanarse de las cosas de la vida: de la uva negra, "apretadita", que se cría en sus contornos para regocijo de bebedores mansos y de vinolentos; de las piezas desaforadas de jabalíes, zorros e incluso lobos que se cobran los cazadores por estos montes; de las panorámicas de Gredos que se ofrecen desde estas sus estribaciones;y, por supuesto, de sus castañares, que no los hay tan tupidos y tan lozanos en varios kilómetros a la redonda.

Presa

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El más extenso de todos asiéntase en la ladera suroriental del cerro del Venerillo a un paso de la provincia de Ávila, ciñendo con su follaje la presa de los Morales, uno de los últimos embalses incorporados a la red del Canal de Isabel II (1988), que, si bien no tolera el baño público, permite a los fundamentalistas del anzuelo remojarse las corvas mientras fatigan a las carpas. Circundar este pantano, que calma la sed de Rozas, Cadalso y Cenicientos -así como de ánades reales, cormoranes y otras aves migratorias-, apenas lleva tres cuartos de hora.

De regreso junto al dique de contención, la andadura proseguirá carreter a de Casillas arriba para, un kilómetro y medio más adelante, adentrarse de lleno en los dominios del castañar. Un rústico portillo y un cartel advierten del peligro que entraña internarse por la pista forestal que nace a mano derecha (ganado suelto, ¡qué terrible!) pero el único riesgo que en realidad se corre es el de darse una castaña.

Dos centenares de metros más allá, la pista se escinde y el ramal descendente conduce hasta una nueva verja que -ésta sí que sí- impide el paso: con la propiedad particular hemos topado. En total, incluida la vuelta, son dos horas y media de excursión. Poco, la verdad. Por fortuna, cabe alargar la jornada acercándose en coche hasta el vecino valle del Tórtolas, donde rumian un sueño de siglos los Toros de Guisando. A su vera, Isabel la Católica juró su cargo de reina heredera al trono de Castilla y León el 19 de septiembre de 1468. Una placa instalada en 1921 recuerda el acontecimiento. Ordenó colocarla la marquesa de Castañiza. Muy hermoso título, y muy a propósito.

Y también higos

Dónde. Rozas de Puerto Real dista 82 kilómetros de la capital y tiene su acceso más directo por la carretera de Extremadura (N-5) y luego por la M-501, con desvío pasado el kilómetro 68 de esta última. Tomando el mismo desvío, sólo que a mano derecha (dirección Casillas), se llega a la presa de los Morales. De vuelta, coger el camino que sale a mano izquierda en el kilómetro 60 de la M-501 para visitar los Toros de Guisando.

Cuándo. Salvo el invierno, cualquier época es adecuada para pasear por el castañar. En otoño, el follaje adquiere todas las tonalidades del amarillo. En verano, la fronda da cobijo.

Quién. El personal que atiende el Ayuntamiento de Rozas facilita información sobre el municipio en el teléfono 864 86 47.

Cuánto. Si exceptuamos la gasolina y las compras que se efectúen en el pueblo, no hay gastos de consideración.

Y qué más. Los vinos, los higos y los productos de la huerta son compras recomendables en Rozas. Otra forma de acercarse al término es a caballo. Los centros ecuestres Posta de Corpes (teléfono: 861 14 16) y Los Boxes (teléfono: 864 02 21), ambos sitos en Cadalso de los Vidrios, organizan excursiones por la zona.

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