Surrealismo nocturno

Decía Salvador Dalí que explicar los sueños y las alucinaciones es aburrido y que lo importante es provocarlas. En la provocación, precisamente, reside la esencia del Teatro-Museo Dalí de Figueres (Girona).Sin embargo, la capacidad de sugestión de todos los elementos que lo integran -desde los cuadros a las esculturas, la iluminación o la estructura arquitectánica- permanece casi oculta en la claridad diurna. Por esta razón, desde hace tres veranos, la Fundación Gala-Salvador Dalí ofrece la posibilidad de visitar el museo de noche y penetrar así hasta lo más profundo y misterioso de la estética surrealista.

En horario nocturno, desde las diez de la noche hasta la una de la madrugada, visitar el teatro-museo es la sublimación de la surrealidad daliniana. La nocturnidad era concebida por los surrealistas como el origen de la fuerza creadora, de las gestaciones y de la provocación. Y el pintor ampurdanés, genio del surrealismo, concibió su museo para ser observado bajo la oscuridad de la noche, introdujo en sus montajes la luz, el sonido y el agua que brota de los surtidores.

Sin las frecuentes aglomeraciones propias del horario diurno -las entradas del museo de noche están limitadas a 500 personas al día- y con una sugestiva ambientación luminosa y musical, el visitante nocturno vive una experiencia única que le permite indagar hasta el fondo de los montajes surrealistas, de las pinturas y de las esculturas que se exhiben en el museo.

"Captar todos los detalles, bajo un clima mágico creado por la oscuridad de la noche y la iluminación artificial es una experiencia sublime, es como un sueño". Comentarios como este son los que más se oyen a la salida del teatro-museo cuando finaliza el recorrido nocturno por la obra daliniana.

La iniciativa no sorprende sólo a los profanos en la obra del artista. Aquellos que creían saberlo todo sobre Dalí y su museo descubren una nueva visión, insospechada, de la producción daliniana. Un grupo de jóvenes de Figueres que hace unos días visitó el museo por primera vez en horario nocturno confesaba el impacto que le había causado la experiencia: "Es alucinante interpretar la obra de Dalí en la oscuridad, en un museo aparentemente dormido, donde cada elemento y cada detalle adquieren un esplendor imperceptible durante el día".El silencio que impera a lo largo del rerrido por las salas se interrumpe en uno de los patios interiores del teatro-museo un recogido espacio donde se ofrece una copa de cava a los visitantes y se proyecta una selección de audiovisuales sobre la vida y la obra de Dalí, que forma parte del fondo documental del Centro de Estudios e Investigaciones Dalinianas de la Fundación.

La mayoría de los visitantes abandona las estancias del teatro-museo con la intención de revivir el cautivador recorrido nocturno. Entre los que repiten -un grupo que en el verano pasado llegó al 23% del total de visitantes- y los que viven la experiencia por primera vez, cada vez son más los que van de museos a Figueres, tal y como pretende la Fundación Gala-Dalí.

La iniciativa, que ya se ha consolidado como una oferta lúdica y cultural del verano ampurdanés, ha calado hondo, especialmente entre el público catalán. La posibilidad de visitar el museo de noche se prolongará hasta el próximo 9 de septiembre y el precio de la entrada es de 1.500 pesetas.