Cuba permitirá inversiones de capital totalmente extranjero, incluidas las de empresas de exiliados

Las autoridades cubanas están a punto de aprobar una nueva ley de inversiones que permitirá a empresas de capital totalmente extranjero realizar inversiones en casi todas las ramas de la economía. Se exceptuarán de la norma las actividades en las áreas de "la salud, la educación, la defensa y la seguridad nacional". El anteproyecto de ley, que el pasado lunes comenzó a discutirse en las comisiones de Asuntos Económicos y de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento, no excluye siquiera a los exiliados y autoriza las inversiones en bienes inmuebles y la compra de casas "destinadas a residencia propia o para fines turísticos". Está previsto que la ley se apruebe, durante la próxima reunión ordinaria de la Asamblea Nacional, que se celebra los, días 4 y 5 del próximo mes de septiembre.

Hasta el momento, las inversiones extranjeras sólo, podían realizarse a través de empresas mixtas o asociaciones económicas con entidades cubanas, que en la mayoría de los casos controlaban más del 50% del capital, aunque ocasionalmente se autorizaba al socio extranjero a tener la participación mayoritaria.Sin embargo, según el nuevo proyecto de ley, al que tuvo acceso este diario, a partir de ahora las empresas extranjeras podrán crear filiales en la isla y realizar sus inversiones "sin que concurra ningún inversionista nacional", tras obtener la aprobación del Comite Ejecutivo del Consejo de Ministros. El anteproyecto, que podría sufrir modificaciones antes de su aprobación definitiva, no ex cluye a los exiliados cubanos, pues da derecho a toda "persona natural o jurídica extranjera o residente en el extranjero" a invertir en la isla, ya sea en régimen de empresa mixta o con capital ciento por ciento foráneo.

Otra de las novedades de la nueva ley de inversiones es la posibilidad de adquirir la propiedad de bienes inmuebles por los inversores extranjeros. Esta posibilidad se prevé fundamentalmente en dos casos: el de las "viviendas y edificaciones destinadas a residencia propia o para fines turísticos de personas naturales no residentes", y aquéllas "destinadas a vivienda de funcionarios u oficinas de personas jurídicas extranjeras".

Sobre el régimen laboral en las inversiones extranjeras, el proyecto permite a los empresarios extranjeros "crear un fondo de estimulación económica" para los trabajadores cubanos que presten servicios en empresas mixtas, asociaciones económicas o entidades con capital enteramente extranjero. Esto podría permitir algo por lo que los inversionistas extranjeros siempre se han preocupado: estimular a los trabajadores con dólares para mejorar la productividad. También se autoriza que en algunos tipos de asociaclión -pero no en la de capital ciento por ciento extranjero-, los empresarios puedan contratar libremente a los trabajadores, sin obligación de pasar por una agencia empleadora estatal, como ocurría hasta ahora.

La nueva ley de inversiones llega tras varios meses de espera, lo que se ha traducido en seis borradores y numerosas enmiendas. Según diversos economistas y observadores extranjeros que han tenido acceso a la sexta y probablemente última versión -efectuada el 8 de junio de este año-, el documento flexibiliza la inversión extranjera, pero sin llegar a liberarla del todo ni a simplificar dé forma efectiva los trámites para negociar la constitución de empresas mixtas y asociaciones económicas, uno de los mayores problemas de la anterior legislación.

Así, si antes las inversiones extranjeras debían ser aprobadas obligatoriamente por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, ahora éstas podrán ser autorizadas por una comisión dependiente, de ese comité, pero sólo en un numero limitado de casos y cuando éstas no superen los 10 millones de dólares (unos 1.200 millones de pesetas).

Por último, el Gobierno cubano, con el fin de estimular las exportaciones y el comercio internacional, se reserva el derecho a establecer zonas francas y parques industriales en el territorio nacional, para lo cual ha de desarrollar una legislación especial, lo que, según fuentes cubanas, podría ocurrir inmediatamente después de la aprobación de la ley de inversiones.