Bruselas mantendrá sus fondos de cooperación en materia de pesca para que Rabat sea más flexible
La Unión Europea (UE) realizó ayer un primer movimiento en dirección a Marruecos para que Rabat flexibilice su postura en la negociación pesquera. Bruselas seguirá desembolsando una cifra algo superior a 18 millones de ecus (unos 2,880 millones de pesetas) durante los tres años que dure el acuerdo de pesca para la formación profesional de los marineros marroquíes y la cooperación científica con Rabat. La delegación comunitaria espera ahora la llegada de la comisaría responsable de la Pesca, Emma Bonino, para que ésta dé el necesario impulso político que permita acercar posturas en los temas más conflictivos como son la reducción escalonada de las capturas o las condiciones de pesca.
Tras una, sesión plenaria de dos horas celebrada ayer por la mañana, las dos partes volvieron a citarse en la tarde de hoy. A lo largo de la mañana la Comisión Europea mantendrá reuniones bilaterales con los Estados miembros, para preparar la nueva sesión plenaria con la delegación marroquí que se iniciará a las 15.00. Fuentes diplomáticas próximas a la negociación destacaron que en estos momentos "no existe ningún riesgo de ruptura".Durante la jornada de ayer Bruselas movió una pequeña ficha al confirmar que en el próximo acuerdo mantendrá el nivel de ayudas del anterior en el ámbito de la cooperación científica y la formación profesional. No se descarta incluso un ligero incremento de esos fondos, aún por cuantificar, en función del resultado global de la negociación. El anterior convenio permitió la formación de entre 160 y 170 marineros miarroquíes en Europa. En el próximo, los técnicos comunitarios se deplazaran a Marruecos para formar in situ a los marineros.
En el resto de las áreas de la negociación (reducción de capturas, condiciones de pesca, refuerzo de los controles y compensación financiera) no se han "logrado progresos" durante el fin de semana, según fuentes comunitarias. Sin embargo, uno de los temas donde se prevé avanzar con rapidez es en el refuerzo de los controles, objetivo compartido por las dos partes para evitar una sobreexplotación que agote el caladero.
Bruselas negociará en paralelo todos estos puntos conflictivos. Se trata de evitar cerrar un capítulo y encontrarse con una postura inflexible de Marruecos en otra área sensible. "Ningún capitulo estará cerrado hasta que todos lo estén", aseguran las fuentes. Lá semana que se inicia hoy, es considerada como decisiva para entrar en la verdadera negociación. La Comisión sigue viendo como inaceptable la propuesta marroquí y los negociadores comunitarios, confían que con la presencia de Emina Bonino, que llegará el martes por la tarde a Bruselas, se logre el necesario impulso para acercar posturas en un proceso calificado de "complicado y lento".
Los armadores españoles se muestran cautos a la hora de' valorar una de las primeras cifras -nunca definitivas en esta negociación gradual- de. reducción de las capturas ofrecidas a los marroquíes: 7% anual de recorte para el calamar y el pulpo. Un total de 151 buques pescaban esas especies -en la zona sur del caladero hasta el 30 de abril, cuando concluya el anterior acuerdo, de los que 127 eran españoles. Fuentes del sector subrayan que por cada barco que deja de faenar se pierden unos 80 puestos de trabajo, directos e indirectos, y Marruecos deja de percibir unos 86 millones de, pesetas al año en concepto de canon oficial y ayudas públicas.
El desembarco obligatorio de las capturas en puertos marroquíes -tal como pide Rabat- también encarecerá los costes, ya que Las Palmas, base de la mayoría de estos barcos, esta más cerca del caladero sur que de los puertos del reino jerifiano. Bruselas rechaza incluir en el próximo acuerdo esta claúspla, aunque los negociadores comunitarios están dispuestos a poner en marcha incentivos. económicos para favorecer esté objetivo. Aceptar la descarga obligatória en los puertos marroquíes supondría un golpe durísimo para la industria, transformadora española que cuadriplica la población ocupada.
Los armadores, españoles también se muestran contrarios a aumentar el número de tripulantes marroquiés a bordo. La cifra de cinco marineros -nivel fijado para los barcos de más de 150 toneladas de registro bruto, cuya tripulación media es de 17 hombres es considerada como un número limite.
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