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La economía creció el 3% en el segundo trimestre

El Banco de España advierte de la atonía del consumo y del fin de la moderación salarial

La demanda nacional sustentó el crecimiento de la economía española en el segundo trimestre, en el que se registró una aportación al PIB de algo más del 3%. El informe del Banco de España destaca que el empuje de la demanda se mantiene, sustituyendo a las exportaciones en la función motriz del crecimiento.El segundo informe trimestral de 1995 confirma que la economía española se encuentra en la tercera fase de un clásico ciclo de recuperación económica: primero se produjo un tirón de las exportaciones en eIcuarto trimestre de 1993, acompasado, por la ventaja nominal de tres devaluaciones consecutivas; después, el crecimiento de las exportaciones se estancó en la segunda mitad de 1994 para dar paso al relevo de la demanda interna en cl primer trimestre de este año; y más recientemente, ya en el segundo trimestre de este año, "la economía ha entrado en la fase de estabilización manteniendo un crecimiento que refleja la maduración del ciclo", según fuentes del Banco de España.

El instituto monetario acentúa sin embargo que sólo uno de los dos componentes de la demanda nacional, en esté caso la inversión, mantiene un buen ritmo. La inversión en el segundo trimestre fue el capítulo mas dinámico, con una tasa del 5%, aunque las expectativas de los empresarios y los agentes industriales en general apuntan a un cierto estancamiento para los próximos meses. "De hecho, ya se ha registrado en el segundo trimestre una incipiente ralentización en este capítulo porque la inversión destinada a la construcción creció con menor intensidad que durante el primer trimestre", apuntan los mismos medios del banco emisor.

Las rentas de las familias

Para el Banco de España, la recuperación tiene efectos claramente positivos sobre el nivel de empleo, aunque no esconde que se puede ver afectada por las incertidumbres derivadas de la desconfianza de los consumidores. El consumo privado sigue sin dar muestras de recuperación, manteniendo la atonía de trimestres anteriores y registrando una tasa de crecimiento estabilizada en el 2%. La autoridad monetaria da esta explicación: "La mejora del empleo y las rentas disponibles de las familias no han sido suficientes para frenar las incertidumbres que van deteriorando las expectativas de los consumidores".En el último boletín económico, el Banco de España reconoce que el aumento de la actividad ha incidido positivamente en el crecimiento del empleo, que aumentó en el segundo trimestre un 2,6%, equivalente a 300.000 personas, respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, la tasa de paro disminuyó hasta el 22,7% de la población activa. El número de parados registrados por el Inem se redujo, además, entre los meses de abril y julio en 117.000 personas,

El informe aprecia una incipiente acelaración de los salarios, ya que el 60% de los trabaJadores sujetos a convenios están acogidos a cláusulas de revisión y porque los convenios firmado! en el transcurso de 1995 incorporan crecimientos ligeramente más altos que los convenios de carácter plurianual. Para el banco emisor, este dato confirmarla el agotamiento del preceso de moderación salarial, uno de los pilares que han sustentado el ciclo de recuperación y la principal arma para huir del peligro que supone un incremento de la inflación sin crecimiento.

Los temores del Banco de España respecto a la evolución de los salarios provocaron ayer mismo la respuesta de los sindicatos. UGT acusó a instituto monetario de reiterar su ya "histórica culpabilización de los salarios". La ejecutiva federal de este sindicato afirma que "el banco emisor parece desconcer que la cláusula de revisión sólo actúa si la inflación, se sitúa por encima de ésta, y la responsabilidad de que no ocurra le incumbe precisamente al Banco de España".

A lo largo de los últimos meses, el banco emisor se ha esforzado especialmente en hacer llegar a la opinión pública la idea de que la política monetaria no basta para contener la inflación. El boletín destaca que, en el segundo trimestre de 1995, la economía española siguió registrando tasas de inflación elevadas, con un diferencial en torno a tres puntos con respecto a los países menos inflacionarios de la UE, es decir un punto y medio por encima del límite del criterio de convergencia establecido en Maastricht. En parte por esta razón -y pese al esfuerzo por aligerar el vínculo entre la inflación de la política monetaria-, el boletín reconoce que el Banco de España modificó el pasado junio el tipo de intervención ante el notable encarecimiento de los productos industriales y la resistencia a la desaceleración que muestran los precios de los servicios.

Las opiniones consultadas ayer en medios del banco emisor insistieron en que la inflación depende mucho más del déficit público, es decir, está más influida por los rigores presupuestarios que pueda imponer el Gobierno. "El propio ministro de Economía, Pedro Solbes, reconoce que mientras el Estado gaste más de lo que ingresa será difícil mantener los tipos de interés bajos, se detraerán recursos al sector industrial para financiar precisamente el déficit y constará mucho contener la inflación", argumentaba ayer un portavoz del instituto monetario. Era, en la práctica, el derecho a réplica del Banco de España tras la reacción de los sindicatos y ante el anuncio de la patronal, CEOE, de que el ritmo de la economía "puede frenarse si los tipos de interés continúan por encima del resto de países europeos".

A criterio de la CEOE, el boletín trimestral demuestra que los beneficios empresariales se han dedicado a inversiones y a la creación de empleo. La patronal recurrió a sus clásicos argumentos al advertir que, para mantener la recuperación económica habría que abordar las reformas estructurales pendientes y eliminar las rigideces de los mercados". En un comunicado, acentuó la necesidad de elaborar unos presupuestos para 1996 con una fuerte reducción del déficit y afirmó que la atonía del consumo es fruto de incertidumbres extraeconómicas, en especial de la inestabilidad política.

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