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GUERRA EN LOS BALCANES

La bandera croata ondea ya en la capital de Krajina

Dos 'cascos azules' muertos y 150 obligados a abandonar sus posiciones para no entorpecer la ofensiva

Juan Carlos Sanz

Rapidez, potencia de fuego y superioridad numérica. Todas las circunstancias jugaron a favor del Ejército croata (HV) para que se apoderase en pocas horas del 80% del territorio de Krajina y de su capital, Knin. El Ministerio de Defensa se apresuró a anunciarlo en Zagreb y la ONU no tardó en confirmarlo. "Knin ha caído a las 12.30 y una enorme bandera croata ondea en el castillo", afirmó el coronel de los cascos azules Andrew Leslie. Tres horas después de ser izada la enseña, las fuerzas del Quinto Cuerpo de la Armija (Ejército bosnio gubernamental) rompieron años de cerco serbio en Bihac y enlazaron con las fuerzas croatas en la frontera. Con esta carambola militar, el enclave musulmán ha dejado de estar aislado. La Krajina serbia está escindida en dos.

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La ofensiva permite romper el cerco de Bihac

Un portavoz del HV se jactaba ayer de que la operación militar para "liberar" la Krajina "ha ido dos veces más rápida que las previsiones más optimistas". Los 35.000 hombres del séptimo y décimo cuerpo de la autoproclamada República Serbia de la Krajina (RSK) que defendían Knin no han resistido ni dos días la ofensiva de las fuerzas de Zagreb. ', Es un gran día para Croacia y para el mundo", afirmó el portavoz del HV, que prometió que el Ejército se ocupará de proteger a los civiles serbios que huyen víctimas de la propaganda de los antiguos dirigentes de Knin".El victorioso avance croata se cobró también la captura de la estratégica ciudad de Gracac, clave para el control de las vías de comunicaciones en la Krajina. Al mismo tiempo, fuentes militares de Zagreb anunciaban que los cazas estacionados en el aeropuerto de Ubdina se estaban trasladando a la base serbobosnia de Banja Luka ante la inminente llegada de las tropas croatas. También ha caído Dubica, 100 kilómetros al sureste de Zagreb y la ciudad de Benkovac, cercana al Adriático.

Combates en Petrinja

Sin embargo, el Ejército croata se niega a detallar el curso de las operaciones en el frente de Petrinja, al norte de la Krajina, lo que indica una posible resistencia serbia a la ofensiva de Zagreb. Al parecer, los combates son muy intensos en este centro industrial de 35.000 habitantes. Las dificultades para la progresión croata en este sector contrastan con la rapidez con que se ha desarrollado el conjunto de la ofensiva, que en menos de 48 horas se ha hecho con el 80% de los 13.000 kilómetros cuadrados del territorio secesionista según Zagreb, aunque nadie más lo ha confirmado.La portavoz del presidente Franjo Tudjman definía así el vértigo del avance militar: "Nos va a llevar mucho menos de un mes (la reintegración de la Krajina a Croacia), pero algo más que un sólo fin de semana". La prepotencia croata es patente en las declaraciones públicas y en las expresiones de los ciudadanos de la calle, que parecen haber recuperado el orgullo nacional perdido en la derrota de 1991, cuando luchaban por su independencia con viejos fusiles frente al poderoso Ejército Nacional Yugoslavo.

Ninguna fuente oficial ha comunicado hasta ahora la cifra de bajas. El Estado Mayor croata se limita a reiterar que sus pérdidas humanas han sido "mínimas".

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Tras el fracaso de su misión de interposición, los 330 cascos azules de Knin ya sólo intentan proteger a la población civil, y evacúan en sus blindados a decenas de enfermos y heridos de un hospital castigado por las implacables descargas de los cañones croatas. Columnas de refugiados de hasta 20 kilómetros desfilan hacia el exilio entre los serbios de Bosnia. Ni siquiera el refugio de la misión de las Naciones Unidas en Knin se libró de la lluvia de proyectiles. Entre los escombros del bombardeo contra el cuartel general de los cascos azules fueron hallados ayer los cadáveres de siete civiles. Los heridos se contaban por decenas.

Las condenas de la comunidad internacional por la agresión de Croacia contra los serbios secesionistas ha sido ignorada por completo por el Gobierno de Tudjman. Su Ejército se ha burlado de los cascos azules emplazados entre ambos bandos para prevenir un conflicto armado. La sangría de los más de 7.000 soldados de la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas en Croacia (Uncro) se cobró ayer dos nuevas víctimas. Dos cascos azules checos del batallón de Korenica, al oeste de Bihac, murieron a consecuencia de las graves lesiones que sufrieron en un bombardeo de la artillería croata, y otros tres soldados de la misma nacionalidad, tres polacos, uno keniata y otro ruso, resultaron heridos. Fuentes de las Naciones Unidas en Croacia confirmaban que unos 150 cascos azules habían sido obligados a abandonar sus posiciones para despejar el avance del HV. Christopher Gunnes, portavoz de la ONU en Zagreb, precisó que se había perdido la pista de al menos 45 soldados de la fuerza pacificadora.

Mientras, Radio Zagreb informó de que los disparos de los cañones serbios desde Eslavonia oriental, región croata fronteriza con Serbia y bajo control serbio, causaron serios daños en las ciudades de Vinkovci y Osijek. La televisión croata emite continuas imágenes de la situación en las poblaciones más cercanas al frente, como Karlovac, que se han convertido en verdaderas ciudades fantasma tras la alerta general ordenada por las autoridades militares. Pero en Split nadie parece tener especial miedo a los bombardeos. Anoche los jóvenes hacían sonar las bocinas de sus coches y ondeaban banderas. En Zagreb, el presidente Tudjman se unió a los ciudadanos que celebraban en las calles el avance del Ejército croata.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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