Gobierno regional baraja cinco sistemas de transporte y se da un plazo de tres años

El Gobierno regional está dispuesto a unir mediante algún tipo de comunicación ferroviaria los recintos feriales del parque de Juan Carlos I (Berna) con el centro de Madrid. Y se ha puesto un plazo máximo de 36 meses para tener terminadas las obras, que comenzarán a ejecutarse dentro de un año. Sin embargo, aún no ha decidido cómo efectuará esta unión.El Gobierno estudia, según explicó ayer el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, cinco alternativas: el metro, el tren ligero (tranvía), el tren ligero elevado, el monoviga y el llamado autobús vial, una mezcla de autobús y tren.

La Comunidad baraja una doble posibilidad en el caso de decidirse por el metro: ampliar la línea 4 (Argüelles-Esperanza) a partir de su futura prolongación hasta la Gran Vía de Hortaleza, y llevarla desde allí hasta el parque; o sacar un ramal de la línea 8 (Avenida de América-Fuencarral) en Chamartín hasta el recinto ferial. "No obstante, cualquiera de estas soluciones resulta muy cara", reconoce el consejero.

Cancún-Nuevos Ministerios

Ruiz-Gallardón quiere una terminal de Barajas en la estación de Nuevos Ministerios. Alberto Ruiz-Gallardón se reunió ayer en Barajas con Manuel Abejón, presidente de AENA, organismo público que gestiona los aeropuertos. El presidente regional puso sobre el despacho de Abejón el proyecto que la Comunidad tiene sobre la futura unión de Madrid con el aeropuerto: un tren que, partiendo de Nuevos Ministerios, llegase hasta Barajas.Luis Eduardo, Cortés lo explicó: "Nuevos Ministerios se convertiría, según nuestro proyecto, en una terminal del aeropuerto. Allí se facturarán las maletas hacia cualquier parte del mundo. El tren que proyectamos aquí transportará además a los viajeros directamente hasta Barajas".

El vagón fantasma. La idea de unir Barajas con Madrid mediante un tren no es nueva. En 1989, Joaquín Leguina y Juan Barranco (entonces presidente regional y alcalde de Madrid, respectivamente) anunciaron la creación de un tren de lujo entre el aeropuerto y Nuevos Ministerios. Pero no dieron plazo alguno. Un año después, la Comunidad convocó el concurso. Se presentaron seis empresas, de las que dos fueron excluidas. Una de ellas. fue Eurotrén Monoviga-NCC. Su director, Julio Pinto, denunció a la Comunidad porque consideraba que su monocarril había sido excluido con artimañas. Pinto aseguraba que los técnicos del consorcio manipularon los planos de su proyecto. El Tribunal Superior desestimó la demanda en 1.993.Pero esta lucha judicial había perdido su sentido un año antes, cuando la Comunidad aparcó el proyecto porque las autoridades acroportuarias decidieron ampliar Barajas. Si el punto de destino variaba, los proyectos carecían de sentido.