Herencia y escuela
El que tuvo retiene, y en danza clásica, más. ¿Dónde va el ballet exsoviético? Nadie lo sabe. Las compañías tradicionales se hunden y emergen otras de medio formato en las que destellan ocasionalmente los factores de la herencia, la escuela que atraviesa el tiempo y permanece, porque el ballet, como arte mayor, es eterno, pervive y vuelve.El Ballet Clásico de Minks es Modesto, pero serio. Hacen una Carmen que se inspira directamente en la primera versión, la original, que Alberto Alonso creara en 1967 para Maya Plisetskaia en el Bolshoi de Moscú, y hasta los diseños respetan con escrúpulo aquel montaje (cigarreras, coro). Tatiana Berénova tiene fuerza en su Carmen, pero no domina el estilo, se hace expeditiva tratando de ser franca, y sus manos, muy moscovitas y abiertas, imitan a Plisetskaia, pero no funcionan demasiado bien. Mejor estuvo esta bailarina en la cuerda que impone Noche de Walpurgis, donde bailó inspirándose en la gestualidad de Lepechinskaia.
Ballet Clásico de Minks
Carmen: Alberto Alonso / Schedrin-Bizet; El cisne negro: Petipa / Chaicovski; Festival de las flores en Genzano: Bournonville / Loversiold; Danza de los gitangs (Don Quijote): Petipa-Gorski / Minkus; La noche de Walpurgis (fragmento del Fauno): Lavroski / Gounod; Las Siffides (Vals): Fokin Chopin; El Quijote (pas de deux del tercer acto): Petipa / Minkus; Lafille mal gardée: (Danza de los zuecos): Moisseiev-Lavriski / Hertel. Veranos de La Villa. Cuartel del Conde Duque, Madrid. 3 de agosto.
Eso es lo bueno de los artistas rusos, respetan a sus mayores: Olga Ivachenko fue comedida en su baile gitano hasta el punto de que: se lograba sentir la hebra conductora de Anísimovva, esa leyenda de las danzas de carácter. Talento sin pulir también en Yulia Diatko y Konstantin Kunetzov, esforzados, pero con falta (le concentración. Una noche de ballet clásico que se agradece y abre puertas a un agosto con, danza, al menos eso.
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