Losada
"Un español a quien las convulsiones políticas de su patria arrojaron a buscar asilo en el extranjero". Así se definía un liberal que tuvo que exiliarse huyendo del absolutismo de Fernando VII. Se llamaba José Rodríguez Losada y es conocido, sobre todo, por haber sido el constructor del reloj de la Puerta del Sol. Losada fue un gran relojero. que se instaló en Londres en 1835 y que adquirió gran prestigio en toda Europa. Reyes y jefes de Gobierno llevaban en el bolsillo sus sabonetas, y fue cronometrista de la Marina española. Ahora, un historiador de la mecánica, Roberto Moreno, acaba de publicar, bajo los auspicios de la Fundación Juanelo Turriano, lo que parece ser el primer libro sobre la ingente obra de este relojero.
Nacido en 1797 en la aldea de Iruela, en la Cabrera Alta leonesa, fue pastor en su adolescencia y se cuenta, aunque algunos califican la anécdota como "historia de viejas", que, un día, habiendo perdido una res en el monte, no se atrevió a volver a su casa y huyó a Portugal. Conspiró contra Fernando VII durante la ominosa década, después de que, con la ayuda de los Cien Mil Hijos de San Luis, el rey restableciera su poder absoluto. El superintendente de policía que le persiguió era el padre del poeta José Zorrilla. Hay una rocambolesca historia en la que el superintendente, disfrazado de monje, se infiltra en una reunión de conspiradores y es descubierto por ellos y obligado a firmar un salvoconducto con el que Losada escapa a Francia e Inglaterra.
El poeta Zorrilla, durante su estancia en Londres, se hizo gran amigo de Losada y le dedicó un poema titulado Una repetición de Losada, que empieza: "Es Losada un gran mecánico / que adquirió inmenso renombre / y, no obstante vale el hombre / más que su reputación".
En su libro, magníficamente ilustrado, Roberto Moreno ha hecho el inventario de los relojes de Losada. Calcula que salieron de su establecimiento de Regent Street más de 6.200 relojes. Ha registrado también falsificaciones hechas por relojeros suizos.
En 1865, Losada donó a la Villa de Madrid el reloj de la Puerta del Sol. El relojero-conspirador forma así parte de la historia de la ciudad.
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