CiU será hoy muy crítica con González, pero no romperá el calendario electoral pactado por Pujol

Jordi Pujol lanzó ayer, la víspera del pleno del Congreso extraordinario sobre el caso GAL, una dura advertencia a Felipe, González, al poner en duda su capacidad para gobernar y cumplir los compromisos autonómicos que adquiridos con los nacionalistas catalanes. Aun así, y pese a las fuertes presiones que Pujol recibe de la mayoría de los diputados de su coalición para forzar una disolución inmediata del Parlamento, fuentes de la Generalitat de Cataluña aseguran que hoy no habrá sorpresas. El líder de CiU tiene intención de aguantar el tipo junto a González y de ayudar a alejar la posibilidad de una convocatoria electoral a la vuelta del verano. Esta actitud estará condicionada, según las mismas fuentes, a que el presidente del Gobierno no peque hoy de falta de contundencia frente a las graves acusaciones de Ricardo García Damborenea.

Pese al abultado número de dirigentes de CiU partidarios de la disolución inmediata del Parlamento, Jordi Pujol está decidido a mantener el compromiso adquirido con el presidente del Gobierno de no forzar la celebración de elecciones generales antes de fin de año.El presidente catalán ha constatado en los últimos dos días la división de opiniones que este asunto suscita entre sus hombres de confianza. Pese a ello, no está dispuesto a "dinamitar" la escena política, por lealtad al compromiso con González y por interés electoral propio, según admitieron medios de su entorno.

La intervención de hoy del portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins, será dura, exigente y muy crítica con el Gobierno de González, según las mismas fuentes. El grupo parlamentario de CiU se desmarcará política y moralmente del Ejecutivo socialista, pero no hará ninguna declaración de guerra que pudiera dar alas al PP para presentar una moción de censura.

Improbable autoinmolación

Pujol ha impuesto en el seno de CiU su apuesta por mantener los compromisos adquiridos con González sobre el calendario electoral (autonómicas catalanas en otoño y legislativas en la primavera próxima), después de dos días de entrevistas y conversaciones con los principales dirigentes de la coalición nacionalista. Sólo una intervención evasiva o inconsistente, o una improbable autoinmolación de González hoy ante el pleno del Congreso haría cambiar la decisión de Pujol, según fuentes próximas al líder nacionalista catalán.

Tres son las razones que, según las mismas fuentes, Pujol ha repetido a sus hombres en los dos últimos días para hacer valer su decisión. Primera: no está predispuesto a modificar un compromiso tan reciente como el suscrito con González sobre el calendario electoral. Segunda: contra la opinión de un buen número de nacionalistas, está convencido de que la celebración de las Iegislativas antes que las autonómicas sería contraproducente para los intereses electorales de CiU. Y tercero: no quiere verse en la tesitura de acabar dándole la razón a Ricardo García Damborenea, personaje al que detesta profundamente.

A pesar de estas razones, Pujol no se abstuvo ayer de lanzar una dura advertencia a González, apenas 24 horas antes de la esperada comparecencia parlamentaria del jefe del Gobierno. El presidente catalán, que sigue apostando por convocar las elecciones autonómicas para noviembre, denunció el incumplimiento del Ejecutivo respecto a la revisión del sistema de financiación autonómica. "Parece que el Gobierno no está en condiciones de negociar ni de cumplir compromisos", dijo Pujol, y remachó: "Lo primero que necesita un Gobierno es ser capaz de gobernar".

Fuere cual fuere finalmente el tono de la sesión parlamentaria de hoy, fuentes nacionalistas garantizaban ayer que CiU mantendrá su disposición a negociar los Presupuestos de 1996.