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PSOE y CiU apoyan el ajuste en el sector naval aunque exigen que se negocie con los sindicatos

El Grupo Socialista y Convergència i Unió arroparon ayer en el Parlamento al ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray. Ambos grupos consideran "urgente e im prescindible" aprobar el plan estratégico del naval porque es "la única forma de garantizar un sector competitivo y con viabilidad futura". Eso sí, los dos grupos recalcaron que el plan debe ser negociado abiertamente con los sindicatos y el portavoz del PSOE, Marcos Merino, dijo que su grupo se compromete "a buscar alternativas económicas para las zonas que sufran los efectos de la reconversión".

El Grupo de IU en cambio rechazó frontalmente el plan por su excesivo coste social, su escasa viabilidad y además pidió. la dimisión del ministro de Industria, así como que el Gobierno presente un nuevo plan del sector naval consensuado con las comunidades autónomas. El diputado de CiU, Josep Sánchez Llibre, criticó el retraso en la presentación del plan, defendió la necesidad del ajuste y su negociación con los sindicatos y las comunidades autónomas.Arsenio Fernández de Mesa, portavoz del PP, tras criticar de forma global al plan y recordar que en los últimos 12 años el Estado español ha enterrado 385.000 millones de pesetas sin conseguir hacer rentable este sector, se felicitó de que al menos el Gobierno haya cedido y esté abierto a negociar con los agentes sociales algunos retoques al plan. El portavoz del PP dijo que antes de "sangrar las plantillas" habría que plantearse la salida de los actuales gestores.

Eguiagaray defendió el plan como la mejor solución de futuro y afirmó que no es un puro ajuste de plantilla. Eguiagaray dijo que si el proyecto no sale adelante en 1996 las medidas serían mucho más traumáticas.

"Tenemos que saber", dijo, "que estamos en una situación grave y difícil y que la UE no va a permitir nuevas ayudas públicas. Por lo tanto, el plan debe salir adelante, aunque el Gobierno tiene una actitud flexible". Según el ministro, Europa redujo sus plantillas en el naval entre el año 1990 y 1994 en un 30% como media, mientras en España esa reducción fue del 7%. A su juicio, si el plan sale adelante las pérdidas del año 1995 serán todavía de 45.500 millones de pesetas pero quedarían reducidas a 17.000 millones en 1996 y ya en el año 1997 se producirían unos beneficios de 1.445 millones de pesetas.

Los sindicatos rehusaron presentar una contraoferta en la reunión que mantuvieron ayer con la División de Construcción Naval del INI en la sede de Astilleros Españoles de Madrid, informa

Los sindicatos no están en contra de la reducción de plantillas si se cumplen dos condiciones: la vía no traumática para alcanzar las bajas previstas, es decir, el recurso a las prejubilaciones y el rejuvenecimiento de las plantillas mediante nuevas contrataciones.

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