El presidente bosnio ofrece negociar la evacuación de la población civil

El presidente de Bosnia, Alija Izetbegovic, propuso ayer "negociaciones directas a nivel militar" con las fuerzas separatistas serbias para la evacuación de heridos y ancianos de la población del enclave de Zepa que se encuentra bajo la amenaza de caer en manos rebeldes, y pidió a tal efecto al mando de las Naciones Unidas a mediar en la propuesta. Los serbobosnios atacaron el domingo Zepa, en el oeste de Bosnia.El ministro español de Exteriores, Javier Solana, dijo ayer en Bruselas que la UE, tras escuchar el informe de la comisaria para la ayuda humanitaria, Emnia Bonino, a su regreso del enclave de Tuzla, que ha dado instrucciones a su enviado especial, Carl Bildt, para que determine sobre el terreno si las autoridades bosnias desean realmente la evacuación de la población civil de Zepa.

Según las autoridades de Sarajevo, cerca de 3.000 soldados del Ejército gubernamental consiguieron ayer cruzar las líneas serbias y llegar hasta Sapna, bajo control bosnio. Los serbobosnios mantienen detenidos a otros 4.000 hombres en Bratunac y, hasta el momento, no han permitido que la Cruz Roja Internacional pueda visitarles.

Tras el bombardeo de Srebnica, el horror continuó en una fábrica de la cercana ciudad de Potocari, donde muchos pasaron la noche. Soldados serbobosnios, algunos de ellos con uniformes de la ONU, entraron en la fábrica "gritando y disparando", según Hanifa Masanovic, de 26 años, cuyo testimonio ha sido ratificado por otros refugiados. "Se llevaron a algunos jóvenes. Después oímos gritos. Un hombre vestido con el uniforme de Naciones Unidas vino a decirnos que no nos preocupásemos, que una mujer se había vuelto loca", continúa el relato de Masanovic. La mañana siguiente encontró los cadáveres de los jóvenes junto a una fuente: siete habían

sido degollados y dos ahorcados.

Secuestros y violaciones

Mina Smailovic, de 12 años, su prima Fata Smailovic, de 14,

y Nizama Oric, de 23, fueron violadas esa misma noche, según Sevda Porobic, que vio cómo los soldados se llevaban a las mujeres. Las jóvenes regresaron desnudas y ensangrentadas. "Mina lloraba y decía: 'Se ha acabado nuestra vida'. Mientras, intentaba limpiarse la sangre con las ropas que le dejaron otros refugiados", aseguraba Porobic. Otro testimonios hablan del rapto de unas 15 mujeres. "Nos fuimos de la fabrica unas horas más tarde y ninguna de las mujeres había regresado", denunció Ibrahim Mesanovic.

Un casco azul holandés relató ayer a través del diario Algemeen Dagblad que los serbios había perpetrado "asesinatos, vejaciones y mutilaciones" durante la conquista de Srebrenica y en los días posteriores. "La temporada de caza se ha abierto", denunció el soldado, que quiso permancer en el anonimato, "y no se trata sólo de los supuestos soldados bosnios, sino también de las mujeres embarazadas, niños y ancianos. A algunos les habían cortado las orejas".