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EL 'CASO SOLLER'

Aznar acepta la dimisión de Cañellas porque "es lo mejor para la política española y para él"

El presidente del PP trató ayer de contrarrestar la extrema confusión introducida por Gabriel Cañellas y el PP de Baleares en tomo a la dimisión del primero. José María Aznar declaró por la tarde que acepta la renuncia de Cañellas como presidente del Gobierno y líder del partido en las islas. Portavoces de la dirección nacional aseguraron, nada más conocerse la presentación de la dimisión del presidente balear, que el PP "ha dado una lección de democracia al PSOE y a Felipe González" y advirtieron que utilizarán políticamente la dimisión de Cañellas "como un ariete" contra el jefe M Gobierno.

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Aznar restó importancia al apoyó unánime del PP de Baleares a su presidente regional y a la demanda dirigida hacia Madrid de que no se acepten las renuncias, y los interpretó como un homenaje obligado al dimisionario. Dijo que él hubiera hecho lo mismo si perteneciera al partido en las islas, pero que la dimisión es 1o mejor para Baleares y para la política española y también para él mismo [Cañellas]".Preguntado sobre el hecho de que los órganos de su formación política en el archipiélago hayan rechazado formalmente la dimisión, señaló: "En los próximos días y en los plazos establecidos se adoptarán las iniciativas correspondientes, tanto desde el punto de vista del partido como desde el punto de Vista del grupo parlamentario".

Junto a la aceptación de la renuncia, Aznar quiso rendir homenaje a Cañellas. Su gesto "le honra", dijo. "Yo reconozco, y espero que todo el mundo reconozca, que la labor de Gabriel Cañellas merece respeto y consideración".

Ante la insistencia de los informadores sobre el criterio del presidente balear de que deben ser los órganos de las islas los que decidan, Aznar dijo que le consta que Cañellas "es un caballero, es un gran presidente de Baleares y es una gran persona, y me consta que cumple su palabra, como es lógico".

La primera reacción a la dimisión de Cañellas desde Génova 13, la sede central en Madrid del Partido Popular, fue una mezcla de euforia y alivio. "Es una lección en la España socialista corrupta" y "Felipe González debería to mar nota y pedir cuentas a tanta gente que no asume responsabilidades políticas, como el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, por el escándalo de Intelhorce, o pedirse cuentas a sí mismo por los muertos de los GAL".

Gabriel Cañellas, señaló el portavoz del PP, Miguel Ángel Rodríguez, "ha demostrado cómo se asumen responsabilidades políticas sin que haya responsabilidades penales y sin que vaya a haberlas nunca por el caso Sóller, mientras González sí tiene responsabilidades penales en su partido y su Gobierno, y no quiere saber nada de dimitir ni de elecciones anticipadas".

En la dirección nacional del partido no existen dudas sobre el carácter irrevocable de la renuncia a sus cargos del presidente balear. Cañellas, según fuentes próximas a Aznar, no ha hablado con el presidente nacional, pero envió un mensaje el viernes para dejar claro que iba a dimitir sin posibilidad de vuelta atrás, aunque advirtió también que no podía 'renunciar a dejar patente ante la opinión pública que el PP de Baleares es rotundamente contrario a la decisión.

Cañellas aceptó la idea de dimitir desde que se entrevistó con Aznar el martes en Madrid, según las mismas fuentes, aunque pidió tiempo y margen de rnaniobra para hacer las cosas de la manera que le pareciera más adecuada.

En cuanto a las quejas de Cañellas sobre la injusticia de que es víctima, un portavoz de la dirección nacional señaló: "La compartimos todos. Debe quedar muy claro que no se va porque haya cometido ningún delito ni porque sea sospechoso ante los tribunales o esté inculpado, porque nada de eso se ha producido. Ha sido víctima de las circunstancias y del clima de corrupción de la España socialista y se le ha pedido responsabilidad política porque el partido en Baleares no ha sabido explicar el caso Sóller".

El sacrificio de un verdadero barón

Después de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, José María Aznar advirtió a los demás dirigentes que en el Partido Popular "no hay barones". Ayer se topó con uno. Si nadie duda que en Baleares las elecciones las gana el partido, y puede seguir ganándolas con otro candidato, Gabriel Cañellas hizo ayer un alarde de fuerza para demostrar que él estaba allí y ganaba elecciones hace 12 anos, cuando Aznar. no era más que un militante cualificado, pero con poca experiencia.Suele contar Manuel Fraga, para poner de relieve las dificultades iniciales de Alianza Popular en la España de UCD, que a Cañellas le tuvieron que "obligar", él y Abel Matutes, en una encerrona, a aceptar la candidatura a la presidencia autonómica del archipiélago Fraga guarda silencio sobre la crisis del caso Sóller, que sólo ha roto para manifestar su seguridad en la honradez de Cañellas, pero nada indica que no comparta la opción estratégica de su sucesor en la presidencia del PP.

Aznar sacrifica a Cañellas convencido de que no será ni siquiera inculpado por la adjudicación de las obras y la explotación del túnel de Sóller, un acto de prevaricación del Gobierno balear según la querella presentada por Izquierda Unida ante los. tribunales, ni por el presunto cobro de comisiones ilegales a cambio de la adjudicación del, túnel-, que investiga un juzgado distinto.

Hace un par de semanas, ante el círculo más estrecho de sus colaboradores en la dirección,, el presidente del PP advirtió que la organización de Baleares estaba llevando muy mal la explicación del caso Sóller y que les acabaría cayendo sobre la cabeza. El presidente del Gobierno, Felipe González, había aprovechado la comparecencia en el Congreso de los Diputados sobre el escándalo de las escuchas del Cesid para dar dimensión nacional a las investigaciones del caso Sóller. González tomó pie en unas confusas declaraciones de Cañellas, en las que daba a entender que la mayoría en las urnas limpia la responsabilidad política.

A partir de ahí, Aznar configuró su decisión. El presidente balear debería aceptar responsabilidades políticas, oficialmente sólo por su torpeza en la explicación pública. Una comisión de investigación interna sirvió para avalar la legalidad de la concesión del túnel de Sóller y dejar limpio de antemano el nombre de Cañellas. Se trataba de facilitarle el gesto simbólico, la dimisión. Pero las bases en Baleares expresaron ayer su rotundo malestar. Si el informe confirma la legalidad de la concesión de las obras, ¿por qué debe dimitir Cañellas?

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