Menem promete "crecer con justicia social" al asumir su segundo mandato
Carlos Menem, ganador de las elecciones generales del 14 de mayo con el 50% de los votos, asumió ayer su segunda presidencia coincidiendo con una crisis social en la provincia de Córdoba y una recesión que interrumpe el sostenido crecimiento económico interior y ha llevado el desempleo hasta el 14%, índice nunca registrado en Argentina. "Crecer con justicia social" fue una de sus promesas en el discurso de ayer ante el Congreso. Los diputados radicales no asistieron al acto por considerar que el Ejecutivo provocó la crisis de Córdoba al ahogarla financieramente para someterla a las privatizaciones y directrices aplicadas por el Gobierno central.
Juan Domingo Perón, en 1952, fue el único político que logró la reelección consecutiva, pero el general reanudó el mando con una fuerte oposición militar y empresarial, contrariamente a Menem, que controla las dos Cámaras y suma el apoyo de la cúpula castrense y económica. Muchos piensan que cuando acabe este periodo tratará de repetir por tercera vez. "Estoy de ánimo para seguir cuatro o cinco años más por ahora y volver en el 2003", declaró Menem la víspera. Su Gobierno incorpora la figura del jefe de Gabinete, que apenas merma el amplio poder del presidente y actuará como su enlace con los ministros y los otros poderes del Estado.Asistieron a la ceremonia los presidentes de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, Malta, Croacia, Namibia y Guinea Bissau, y un total de 112 delegaciones. Por parte española, viajó a Buenos Aires el presidente del Senado, Juan José Laborda. La asunción del mando fue aprovechada para los contactos políticos bilaterales de los mandatarios internacionales, y el más destacado fue el mantenido por los presidentes de Perú y Ecuador, Alberto Fujimori y Sixto Durán Ballén, respectivamente, que habían interrumpido todo trato personal desde la guerra fronteriza de principios de año.
Reforma constitucional
El segundo mandato de Carlos Menem es posible porque en 1993 consiguió forzar la colaboración del jefe de la opositora Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín, en la reforma de la Constitución que incluyó en su texto la posibilidad de la reelección. Aquel pacto fue el comienzo del derrumbe radical. Perdido su perfil como fuerza de oposición, encajó en mayo los peores resultados de su centenaria historia. Menem sustituyó en el cargo a Alfonsín, quien renunció en 1989, incapaz de controlar la hiperinflación de aquellas fechas.
Una de las principales habilidades de Menem consistió en dividir a la oposición y neutralizar el sindicalismo peronista para poder aplicar una política que registró positivos resultados macroeconómios y elevados costes sociales, pero ha entrado en una fase recesiva. Una de sus decisiones de mayor trascendencia fue el indulto de los generales que en 1976 establecieron la última dictadura y fueron responsables de los crímenes más horrendos que se recuerdan en este país.
"Voy a aniquilar en el futuro a la desocupación", afirmó el presidente argentino durante la toma de posesión, en la que se refirió a las principales metas de su próxima gestión. "Aquí estoy a punto de iniciar esta etapa nueva. A grandes rasgos, y para no tocar más que un aspecto, el único que me reconocen propios y extraños, amigos y adversarios, en el primer periodo exhibí el sello de la estabilidad luego de más de medio siglo de zozobras, dictaduras, Gobiernos débiles y conducciones erráticas". "También a grandes rasgos", continuó, "diré cuál es el sentido del tiempo que hoy comenzamos: el crecimiento con justicia social. Soy plenamente consciente de que esto es lo que espera el pueblo de mí, y de que tampoco esta vez lo defraudaré".
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