El voto del dólar
Demócratas y republicanos se afanan en buscar fondos para financiar su campaña a la presidencia de EE UU
Faltan todavía 16 meses para las elecciones presidenciales en EE UU, pero ya ha empezado el baile de millones de dólares que es imprescindible en cada campaña política en este país. Con inusual anticipación, el presidente Bill Clinton ha comenzado oficialmente la recolección de fondos para su reelección._Y sus rivales republicanos no sólo llevan meses recaudando dinero, sino que han gastado ya más de 25 millones de dólares (3.000 millones de pesetas) en la difusión de sus consignas.Bill Clinton ha insistido en que no quiere distraerse de sus tareas de gobierno para embarcarse anticipadamente en la campaña electoral. Pero, según ha denunciado una organización cívica, la agenda del presidente y de otros miembros, de la Administración están ya condicionadas a la necesidad de conseguir dinero para el candidato demócrata.
Cualquier persona que esté dispuesta a contribuir con 50.000 dólares (seis millones de pesetas) a la campaña de Clinton compra con ello la asistencia a una recepción con el presidente o con el vicepresidente, Al Gore, así como una reunión privada con un alto funcionario especializado en el asunto que prefiera el donante.
Aquel que solamente esté dispuesto. a depositar 10.000. dólares (1,2 millones de pesetas) en la campaña Clinton-Gore tendrá derecho, según la organización Causa Común, a un asiento en una cena con el vicepresidente y a un puesto destacado en la convención anual del Partido Demócrata.
Los más ricos, quienes puedan donar 100.000 dólares, participarán en dos comidas con Clinton en otras dos con Gore. Esta opción ha sido anunciada por el Comité Nacional del Partido Demócrata. Aportaciones menores dan derecho a diversos contactos con líderes demócratas y con responsables de ciertas áreas, como, Comercio Exterior y Tesoro.
"Esta práctica no tiene defensa posible. Esto es comprar el acceso a la presidencia, y no se puede justificar con el argumento de que otros presidentes también lo han hecho antes", afirma Ann McBride, presidenta de Causa Común, en una carta de denuncia sobre la influencia del dinero en la actividad política en EE UU.
Bill Clinton se ha visto obligado a contrarrestar el esfuerzo que sus contrincantes republicanos han hecho hasta ahora. El presidente ha preparado ya, incluso, los primeros anuncios en televisión, y esta misma semana invitó a debates a todos los demás contendientes. La mayoría de ellos llevan tiempo en campaña. Phil Gramm -el segundo en los sondeos de popularidad- ha gastado ya más. de nueve millones de dólares (1.080 millones de pesetas). Bob Dole, el favorito en las filas de la oposición, lleva invertidos siete millones (840 millones de pesetas). Y un desconocido como Lamar Alexander ha dedicado hasta la fecha cinco millones de dólares (600 millones de pesetas) para intentar que su nombre empiece a sonar. El gobernador de California, Pete Wilson, que entró en la carrera por la presidencia hace menos de un mes, lleva gastados millón y medio de dólares (180 millones de pesetas).
Poner en marcha una maquinaria electoral en Estados Unidos es caro y complicado, explican los responsables de las diferentes campañas. Es necesario abrir cuarteles generales en los principales Estados, oficinas en cientos de ciudades, contratar asesores y pagar viajes de decenas de personas por todo el país. Ningún candidato puede aspirar a una campaña con posibilidades por menos de 20 millones de dólares (2.400 millones de pesetas). Y eso es sólo contando el periodo de las elecciones primarias. Esa cantidad puede quedarse corta en la dura pugna de este año.
"El mejor amigo que puedes tener en política es el dinero rápido", reconoció Phil Gramm el pasado mes de febrero en un acto en el que recolectó cuatro, millones de dólares (480 millones de pesetas) de un solo golpe. En la actualidad, su campaña informa sobre un balance positivo de un poco más de siete millones de dólares (840 millones de pesetas) en su cuenta corriente.
En las arcas de Bob Dole quedan 6,5 millones de dólares. Pero no hay preocupación entre los asesores del líder de la mayoría republicana en el Senado, que dicen estar recogiendo donaciones a un ritmo de 100.000 dólares diarios.
Las contribuciones con muchos ceros son, desde luego, gustosamente recibidas. Pero también son importantes las donaciones menores, porque son las que sirven para tener derecho después a fondos del Estado. A principios de 1996, el Gobierno federal entregará a cada candidato presidencial un cheque por idéntica cantidad de dinero a la que éste haya recibido por medio de donaciones de 250 dólares o menores. Tanto Robert Dole como Phil Gramm han declarado ya cinco millones de dólares cada uno recolectados con ese tipo de contribuciones.
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