GANGA CARTIER
La Corte de Casación, instancia judicial suprema de Francia, ha confirmado que la famosa joyería Cartier no puede solicitar la anulación de la venta de un anillo de oro cuyo precio estaba etiquetado erróneamente. Alain-Dominique Perrín, su presidente, al que no le gusta utilizar ordenador, quizá eche en falta ahora su manejo, pues lo probable es que haya sido un fallo surgido de uno de estos modernos aparatos. La joya, que llevaba incrustados un rubí y 56 diamantes de 2,04 y 3,93 quilates, respectivamente, fue vendida en 1989 por 100.000 francos (unos dos millones y medio de pesetas) como figuraba en la etiqueta en vez de 460.000 francos, su valor real. La firma francesa intentó anular la venta, pero dos tribunales sentenciaron que la transacción era válida y la corte suprema lo acaba de confirmar.-
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