Un joven negro de Cabo Verde, nueva víctima mortal del racismo en Portugal
Joáo Narzan, de 19 años, natural de Cabo Verde, murió ayer en un hospital de Lisboa tras haber sido apuñalado en la madrugada del sábado en Cacem, zona norte de la periferia de la capital portuguesa. La muerte del joven viene a sumarse a una cadena de ataques racistas sufridas en las últimas semanas por jóvenes negros en este país, considerado hasta ahora uno de los, más pacíficos de Europa.El pasado miércoles un músico angoleño de 27 años fue agredido en el centro de Lisboa por un grupo de blancos, que afirmaron ser infantes de marina. Los agresores, uno de los cuales llevaba un birrete con la inscripción skinhead (cabeza rapada), golpearon al angoleño José Mónica y le persiguieron en automóvil hasta la glorieta de Marqués de Pombal. El pasado 12 de junio, unos 50 cabezas rapadas atacaron en el Barrio Alto de Lisboa durante más de dos horas -sin que la policía interviniese- a todas las personas de color que encontraban. En los incidentes hubo un muerto, Alcino Monteiro, de Cabo Verde, y una docena,de heridos.
La organización SOS Racismo indica que al menos ocho personas han muerto en los últimos seis años en Portugal a consecuencia de ataques racistas.
Esta ola de violencia ha llevado a la oposición socialista, a unos meses de las elecciones legislativas de octubre, a acusar al Gobierno de centro-derecha de querer minimizar el problema de la inseguridad ciudadana y de la inmigración. Un informe de la policía señala que el índice de criminalidad subió, en el país un 13,7% en 1994 y que la delincuencia infantil ha experimentado un aumento del 46% en el área metropolitana lisboeta.
Por otra parte, un sondeo publicado el sábado por el semanario Expresso indicaba que el 45% de los encuestados se manifestaban favorables a la creación de milicias populares por los vecinos de los barrios afectados por el tráfico de drogas. De hecho, estas milicias se han hecho fuertes en un municipio del norte del país, donde han establecido controles en las carreteras para perseguir a los toxicómanos y traficantes de drogas.
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