El ajuste presupuestario ahonda las diferencias de Pujol con González

La reunión que hace una semana mantuvieron el presidente del Gobierno, Felipe González, y el de la Generalitat, Jordi Pujol, calificada de "cordial" no ha cambiado sustancialmente los malos augurios de acuerdo. El ajuste presupuestario que pretende el Gobierno central choca frontalmente con los intereses de Pujol, que necesita una política económica menos restrictiva para sus objetivos electorales. González no ha cumplido aún la petición de Pujol de que despeje su calendario político.

Todo son dificultades para que el Gobierno y CiU lleguen a un acuerdo. Por un lado, el carácter restrictivo del proyecto de Presupuestos que proyecta el Gobierno y, por otro, la continuidad de los escándalos. El Gobierno no ve voluntad política en CiU de seguir con a colaboración que empezó hace dos años y hay más que dudas respecto a que pueda haber un acuerdo presupuestario, a la vista del cariz que han tomado las entrevistas preliminares entre el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y el consejero de Economía del gobierno catalán, Maciá Alavedra, en las que éste se ha limitado a escuchar y tomar nota.

No es probable que González se decida a precisar su calendario electoral, porque es un arma que los socialistas se guardan por si el diálogo con CiU acaba en discusión a cara de perro. Los socialistas catalanes presionarán al presidente del Gobierno para que no enseñe sus cartas, jugando con la idea de que podrían celebrarse el mismo día las elecciones generales y las catalanas, circunstancia que Pujol quiere evitar a toda costa.

El ex presidente madrileño Joaquín Leguina critica agriamente el cariz de la remodelación del Gobierno y afirma que entre sus miembros "no están los líderes del PSOE". "Otros vendremos a sustituirlos", declaró Leguina.