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EL DEBATE DE LAS ESCUCHAS

Aznar a González: "Usted hace daño a España"

José María Aznar saltó ayer por encima del escándalo de las escuchas ilegales del Cesid para lanzarse a la yugular política de su adversario, el presidente del Gobierno, con un tono y un talante rayanos en el desprecio. El líder del PP acusó a Felipe González de convertir "el juego democrático en un juego sin reglas", y, dirigiéndose a él desde la tribuna, dijo que "está haciendo daño a España en este momento" y "se ha convertido en el principal problema, en el principal obstáculo" para los españoles. Aznar eludió desde el primer momento el terreno escogido por el jefe del Ejecutivo y convirtió el escándalo de las escuchas en la guinda, en el último episodio de una cadena que sacude al Ejecutivo y provoca "descomposición política".

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Conocedor por experiencia de que en la réplica es donde González encuentra sus oportunidades de recuperación, el presidente del Partido Popular guardó varios argumentos de peso para su segunda intervención, como cuando recordó las cuatro iniciativas parlamentarias presentadas por su grupo desde 1988 para la reorganización del Cesid, todas ellas rechazadas.La andanada de mayor calibre la lanzó al recordar la advertencia del presidente del Gobierno en la Cámara, el año pasado, de que se irá del poder "con honor". "Cuando dijo eso, usted ya conocía muchas de las cosas que el resto de los españoles sabemos ahora", aseguró. Antes, para contrarrestar los elogios al dimisionario director del Cesid; Emilio Alonso Manglano, le recordó que en el pasado "se deshizo en elogios de Amedo y Domínguez, de Rubio y de Roldán".

Sin mucha convicción, el líder del PP reiteró en su primera intervención la necesidad de elecciones anticipadas. "Lo único que puede convenir a España", dijo, "es que se abran las urnas para que los ciudadanos hablen y pongan fin a la sinrazón".

Poco parecía haber cambiado desde el último enfrentamiento cara a cara entre los dos líderes, el pasado febrero, durante el debate sobre el estado de la nación. Si acaso, Aznar cargó ayer hasta el extremo las tintas en el cuerpo a cuerpo. Desde hace meses, el presidente del principal partido de la oposición acusa a González, sin citarlo, de aferrarse al poder por pura conveniencia personal. Ayer hizo explícita esta afirmación en el hemiciclo. Para empezar, explicó las escuchas ilegales a partir de los "intereses particulares del Gobierno y de su presidente", y puso en duda la voluntad de aclarar lo sucedido cuándo se ha puesto a investigar a Manglano, "imputado por tres delitos" por el mismo caso.

"Tarde, mal y obligado"

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El líder del PP afirmó que González había acudido al Congreso "tarde, mal y obligado", y añadió que mientras en cualquier país donde la responsabilidad no sea una palabra hueca, semejante "abuso de poder" habría desembocado en la "inmediata disolución del Gobierno", en España el jefe del Ejecutivo "suelta lastre" al aceptar dimisiones y se niega a convocar elecciones "porque no le conviene y porque su sentido de la responsabilidad y su sentido del Estado no dan para otra cosa que no sea su propia conveniencia".

Aznar se refirió a los 23 sumarios abiertos como consecuencia de la gestión del Ejecutivo y dijo, que la responsabilidad en todos los casos de corrupción que han acabado por convertirse en escándalos es del estilo de gobierno impuesto por González, "eliminando controles y estimando que la mayoría garantizaba la impunidad". Por ello, Aznar acusó al presidente del Gobierno de traicionar el espíritu de la Constitución y de no haber jugado limpio.

Por tanto, para el líder del PP, si González "es el causante" de la situación, no puede resolverla. Y además no quiere. "No gobierna; le arrastran los acontecimientos, resiste, se protege, pero no gobierna". Para resistir "fortalece su propia trinchera", pacta con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, "un cierto distanciamiento" y esgrime la presidencia española de la UE para intentar que la oposición permanezca callada. La presidencia europea, advirtió, pudo ser una oportunidad para España, "pero no es ya más que una coartada para el inmovilismo".

Aznar ironizó sobre el hecho de que España reclama una regeneración política y desde el Gobierno se le ofrece, a su juicio, Ia regeneración de un contrato, con cable, con costas y con lo que haga falta [en alusión a los temas de negociación con CiU]".

Para cerrar el dibujo de un negro panorama, sugirió que a partir de ahora los miembros del Consejo de Ministros servirán de, escudos humanos para el jefe del Gobierno, a merced siempre de Pujol, puesto que las sustituciones de Serra. y García Vargas no se producen porque se admita que han hecho algo mal, sino porque las exige el líder de CiU.

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