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Un millar de donostiarras pide la libertad de Aldaya pese a la contraprotesta de HB

Un millar largo de ciudadanos donostiarras volvió a reclamar ayer, en silencio, la liberación de José María Aldaya desafiando la contramanifestación de Herri Batasuna en el mismo escenario, la escultura de la Palo ma de la Paz del barrio de Anoeta, y a la misma hora, las ocho de la tarde. Al contrario que hace una semana, cuando los convocados por HB agredieron a los portadores del lazo azul, las concentraciones de ayer terminaron sin incidentes.

Un aplauso cerrado silenció los gritos de "Gora ETA" proferidos por los contramanifestantes. El temor a nuevas agresiones se acrecentó ayer por la noticia de que un mujer agoniza en la Residencia Sanitaria de San Sebastián tras recibir el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza en los enfrentamientos de la pasada semana.Los simpatizantes de HB decoraron el entorno de la Paloma de la Paz con grandes retratos de dirigentes políticos vascos, ex ministros y altos cargos de Interior y carteles con las cabeceras de varios medios de comunicación a los que se añadía la palabra "culpables". Durante los 15 minutos que duró la concentración silenciosa promovida por los trabajadores de la empresa del secuestrado, los simpatizantes de HB vitorearon a ETA y corearon las habituales consignas contra los portadores del lazo azul y la Ertzaintza. En la contramanifestación, convocada en este caso por el sindicato LAB, se encontraban entre otros, los dirigentes de la Mesa Nacional de HB, Floren Aoiz, Rufino Etxeberria y Juan María Olarra.

Los tres hijos del secuestrado estuvieron presentes junto a la pancarta de los trabajadores de Alditrans que reclamaba la liberación incondicional de Aldaya. Horas antes de la concentración, el portavoz de los trabajadores de Alditrans, Enrique Cercadillo, salió, al paso de las acusaciones de estar instrumentalizados por el Pacto de Ajuria Enea vertidas estos días por HB Cercadillo pidió a HB "tranquilidad y mutuo respeto" y "que no vea tintes políticos donde no los hay".

Inasio Altuna, portavoz de la familia de José María Aldaya afirmó, por su parte, que la familia del secuestrado "están inquietos por el clima de violencia que se ha generado en las últimas semanas en Euskadi".

Añadió que "el comportamiento de HB y del sindicato LAB no alivian nada la situación, ya que", dijo, "aunque afirman que no tienen nada contra los trabajadores de Alditrans, en la práctica multiplican sus concentraciones y crean tensión".

Por otra parte, Rosa Zarra Marín, de 58 años, se encuentra en estado muy grave a consecuencia, según su familia, del impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza (Policía Autonómica Vasca) en los enfrentamientos del pasado 22 de junio. La herida se presentó en el servicio de urgencias del Hospital de Aránzazu con un hematoma en la pared abdominal y fue dada de alta. Cuatro días más tarde reingresó.

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El departamento del Interior del Gobierno vasco aseguró ayer que no tiene constancia de esta agresión. Los familiares de Rosa Zarra estudian con el abogado Iñigo Iruin la presentación de una denuncia contra el presunto autor del disparo.

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