Entre el árbitro y el agua
Los valencianos se lamentaron de que la tromba frenara su recuperación. Los gallegos, de la fatalidad. Zubizarreta ironizaba -"tanto rezar para que llueva y tiene que caer hoy", dijo el portero del Valencia- y Arsenio asentía -"es una desgracia"- En los inundados vestuarios del Bernabéu, en medio del caos, o se hablaba del agua o se hablaba del árbitro.El entrenador del Deportivo, Arsenio, señaló que el encuentro, ya debería haber sido suspendido al iniciarse la segunda parte. Los jugadores del Deportivo también se lamentaron de la suspensión, que atribuyeron a una especie de fatalidad que persigue al equipo. "Siempre nos pasan estas cosas raras", apuntó Djukic.
Ninguno de los dos entrenadores compareció en la sala de prensa del estadio, que quedó completamente inundada. Mientras el personal del Bernabéu achicaba agua con todos los medios a su alcance, los futbolistas y los representantes de ambos equipos fueron saliendo atropelladamente, en medio del caos.
Al margen de la suspensión del encuentro, los jugadores del Deportivo criticaron ásperamente al árbitro García Aranda por no señalar un posible penalti de Giner a Manjarín. "Ha sido clarísmo. Lo ha visto todo el mundo", afirmó el propio Manjarín. "Lo peor es que sucedió delante de los mismos morros del árbitro", se quejó amargamente Julio Salinas.
Francisco Roig, presidente del Valencia, consideró, al igual que sus futbolistas que la suspensión había perjudicado a su equipo. "Cuando te ves ganador y sucede algo así te sienta como una puñalada" afirmó Roig, quien dijo que el Valencia salió del encuentro "con la moral muy alta".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.