González congela la crisis de Gobierno hasta que Pujol le comunique cuándo acaba su apoyo

La crisis de Gobierno ha quedado totalmente supeditada al próximo encuentro entre el presidente del Gobierno, Felipe González, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol. González no decidirá si acepta las dimisiones del vicepresidente, Narcís Serra, y el ministro de Defensa, Julián García Vargas, hasta concretar el horizonte político de la legislatura, que depende del acuerdo que pueda alcanzar con Pujol. Buena parte de la sesión del Consejo de Ministros de ayer estuvo dedicada a analizar las relaciones del Gobierno con CiU en sus aspectos legislativos.

Los ministros consultados están persuadidos de que los eventuales cambios en el Gabinete no serían tanto la consecuencia del escándalo de las escuchas ilegales del Cesid como de la posibilidad de abrir una nueva etapa de impulso gubernamental si se cuenta con el respaldo de Pujol.La crisis de Gobierno ha que: dado totalmente congelada y podría aplazarse hasta bien entrado el mes de julio. El 17 de ese mes, CiU celebra una reunión de balance de sus relaciones con el Gobierno. Además, González ya inicia su nueva dinámica europea. Mañana asiste a la cumbre de Cannes (Francia), de la que no regresará hasta el martes por la noche. El jueves por la tarde tendrá que comparecer ante el pleno del Congreso para explicar la investigación sobre las escuchas.

El pasado jueves, González, tras despachar con el Rey, se entrevistó con Serra. No le comunicó absolutamente nada sobre su futuro político inmediato. Se limitó a decirle que sigue contando con él. Tampoco ha recibido ningún tipo de notificación García Vargas, que presentó la dimisión dos veces.

La prioridad de González es otra. En primer lugar, necesita clarificar el horizonte político de la legislatura y, a partir de ahí, decidirá la conveniencia de aceptar las dimisiones y si debe hacer una amplia remodelación e, limitarla. "No tiene sentido que el presidente proceda a hacer cambios si, por ejemplo, la legislatura termina antes de fin de año", dijo ayer un miembro del Ejecutivo.

No obstante, González mantiene la voluntad de agotar la legislatura. Esto fue lo único que dejó claro el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros. Pérez Rubalcaba esgrimió como argumento uno que resulta muy caro a González: que en los países democráticos, pese a todas las vicisitudes políticas, la tendencia es agotar las legislaturas.

El presidente trató ayer de cargarse de argumentos para convencer a Pujol de la conveniencia de agotar la legislatura. Los ministros afectados por negociaciones pendientes con la Generalitat -el de Trabajo, José Antonio Griñán; el de Obras Públicas y Transportes, José Borrell; el de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, y el de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra- hicieron un balance de la situación. Paralelamente continúan las negociaciones sobre el paquete de leyes pendientes.

Los ministros coincidieron con su presidente, en un análisis en común, en que la cuestión de fondo no radica en la situación concreta de las negociaciones con la Generalitat sino en la voluntad de Pujol de colaborar o no con el Gobierno.

Esta voluntad, para el Gobierno, aparece supeditada a otros factores como la propia situación interna de CiU, donde hay tendencias dispares sobre la actitud a mantener con el Ejecutivo, y en última instancia, a las expectativas electorales del presidente de la Generalitat. Pérez Rubalcaba se limitó ayer a calificar de "delicada" la situación existente, entre el Gobierno y CiU.

Bloqueo del Ejecutivo

La nueva situación que ha provocado CiU ha producido cierto bloqueo en el Gobierno. Ni el proyecto de ley del aborto ni la Ley de Organización del Funcionamiento de la Administración General del Estado (LOFAGE), que se refiere a los gobernadores civiles, se pusieron ayer sobre la mesa del Consejo de Ministros. Ambas provocan el rechazo de CiU.Pujol recordó anteanoche en Antena 3 que el Gobierno ha tenido 11 años para aprobar con mayoría absoluta una ley definitiva sobre el aborto, por lo que no entiende que ahora quiera hacerles partícipes de un proyecto que tanta incomodidad produce en la coalición nacionalista.

El ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina se pronunció a favor de que cualquier adelanto electo ral se produzca tras llegar a un acuerdo con CiU, y "si fuera más amplio, mejor". Leguina se declaró contrario, en cualquier caso, a que los comicios se convoquen durante la presidencia española de la UE.