González denuncia "un pulso al Estado" y algunos socialistas acusan a Conde

El presidente del Gobierno está cada día más convencido de que el Estado, el Gobierno y las instituciones están siendo víctimas de un chantaje con las escuchas del Cesid como telón de fondo. Así lo expuso a puerta cerrada ante el Grupo Socialista: "Os pido mesura, estamos haciendo un esfuerzo por averiguar todo lo ocurrido y espero que a estas alturas nadie dude de que estamos ante un pulso al Estado". Es más, Felipe González mostró su confianza en que en breve tendrá pruebas para demostrarlo. Varios parlamentarios socialistas acusaron al ex presidente de Banesto Mario Conde de ser el principal instigador de la supuesta conspiración.

Hasta que no concluya la investigación sobre lo ocurrido con las escuchas ilegales del Cesid, González no moverá ficha alguna en el seno del Gobierno, empezando por la aceptación de las dimisiones presentadas por el vicepresidente, Narcís Serra, y el ministro de Defensa, Julián García Vargas.Varios parlamentarios, la mayoría de ellos guerristas, insistieron ayer en la necesidad de que las responsabilidades políticas se materialicen cuanto antes en estos dos ceses. El número dos del PSOE, Alfonso Guerra, que habitualmente no acude a las reuniones del grupo parlamentario del PSOE, tampoco estuvo presente ayer.

Serra será quien ofrezca hoy una primera explicación ante el Pleno del Congreso sobre las circunstancias que rodean el escándalo de las escuchas. El próximo miércoles, González expondrá las conclusiones de las investigaciones iniciadas a raíz de que se desvelara, el lunes de la semana pasada, que desde el Cesid se habían grabado ilegalmente conversaciones telefónicas privadas de destacadas personalidades, incluido el rey Juan Carlos.

Rodrigo Rato, portavoz del Partido Popular, afirmó ayer que la decisión de González de no comparecer hasta la semana próxima ante el Congreso no tiene más objetivo que "ganar días para poder presentarse en el Congreso con un Serra dimitido y que se diluyan las responsabilidades". "Es un escándalo y una burla al Parlamento", agregó. Joaquim Molins, portavoz de CiU, también hubiera preferido que González fuera hoy el compareciente.