"Mutilar la mama no tiene sentido"
Algunos expertos afirman que el cáncer de mama es actualmente el tumor sólido más conocido. El doctor José Baselga, oncólogo de la Unidad de Mama del Memorial Sloan-Kettering Cáncer Center (hospital Memorial) de Nueva York, admite que "si no el más conocido, sí es uno de los más estudiados y uno de los tumores en los que más se ha progresado".
Baselga, nacido en Barcelona y afincado en Nueva York desde hace nueve años, asegura sin la menor vacilación que "en los últimos cinco años se han producido grandes avances en este tipo de cáncer" y que "hay motivos más que fundados para contemplar el futuro inmediato con mucho optimismo".
Este especialista, que ha visitado Madrid con motivo de una reunión científica en la que han participado los más prestigiosos expertos del mundo en cáncer de mama, considera que varias razones explican esas aseveraciones: "En primer lugar, se trata del cáncer más frecuente en la mujer y existe una gran presión social, sobre todo en Estados Unidos, para que se invierta y se investigue en este tumor. Igualmente, es un cáncer muy sensible a múltiples intervenciones terapéuticas. Y también hay que añadir que, por sus especiales características, este tipo de tumor sirve como modelo de estudio para otras enfermedades cancerosas".
Falsas esperanzas
José Baselga se muestra, no obstante, muy cauto a la hora de valorar todos los progresos surgidos últimamente en torno a esta patología oncológica, porque "siempre suponen pequeños pasos en un largo camino y no es justo dar falsas esperanzas a la población"."Por ejemplo", explica, "con respecto a la prueba para detectar precozmente el cáncer de mama familiar, que estará disponible el próximo año, tenemos de momento más preguntas que respuestas. La primera cuestión es quién accede a la prueba. Ahora sólo podemos decir que las mujeres con una historia familiar muy importante. Otro punto de debate: detectado el gen responsable del tumor, ¿qué actuación terapéutica seguir? El riesgo de estas mujeres aconsejaría en principio la intervención bilateral; es decir, la extirpación de las dos mamas".
Baselga se pregunta si estaría justificado un tratamiento tan traumático, máxime en una mujer que todavía no ha desarrollado el tumor. "Además, hay otros aspectos añade, "que trascienden el ámbito puramente médico y que son de carácter ético, legal o financiero. Porque aquí se plantea un gran problema, por ejemplo, con las compañías de seguros. Estas empresas no suscribirían ninguna póliza con las mujeres que presenten ese riesgo familiar. Y tampoco podemos olvidar el aspecto psicológico, del que también se derivan problemas importantes y mucho sufrimiento".
Las cosas están bastante más claras en cuanto al abordaje terapéutico, una vez que se ha diagnosticado el tumor y sus características, según advierte el oncólogo del hospital Memorial de Nueva York.
"Sabemos ya que, salvo en casos muy concretos", indica, "la cirugía mutilante, como la mastectomía radical, no tiene sentido, puesto que partimos del criterio de que el cáncer de mama no es un tumor localizado, como se pensaba antes, sino que se trata de una patología generalizada. Ahora la cirugía mutilante ha quedado reducida para las mujeres en las que el tumor está en una fase muy avanzada y con metástasis o aquellas otras en las que el tumor ha invadido toda la mama".
La actitud actual conservadora es la lumpectomía o resección parcial de la mama, que consiste en la extirpación del tumor y de un trozo de tejido que le rodea como margen de seguridad, consiguiéndose excelentes resultados estéticos.
La educación sanitaria ha contribuido sensiblemente a mejorar en muchos casos el pronóstico de esta enfermedad al consultar lo más precozmente posible al médico. Baselga conviene en que el tamaño de los tumores ha variado en los últimos 20 años.
"Antes llegaban a la consulta", dice, "tumores de varios centímetros y ahora lo normal es que apenas alcancen el centímetro.
Quimioterapia adyuvante
Esto es sumamente importante porque nos permite hacer la lumpectomía y porque el mejor o peor pronóstico depende en gran medida, del tamaño y de la afectación linfática. Cuanto más pequeño sea el tumor y menos nódulos linfáticos encontremos en la axila, en principio la evolución será mucho más satisfactoria y el riesgo de metástasis mucho menor".Según indica Baselga, el consenso actual a la hora de administrar el tratamiento es dar quimioterapia adyuvante tras la cirugía, ya que "está demostrado que aumenta la supervivencia y reduce el riesgo de recaídas y metástasis, puesto que además en los últimos cinco años contamos con fármacos mucho más eficaces".
Una de las grandes esperanzas en las pacientes con un cáncer muy avanzado y que no responden a la quimioterapia convencional es el trasplante de células periféricas. Para Baselga, esta técnica resulta mucho más sencilla y económica que el autotrasplante de médula ósea y supone menor riesgo y sufrimiento para la paciente.
"Nos permite incrementar las dosis de quimioterapia", explica, "y hasta ahora estamos consiguiendo excelentes resultados. Pero este tipo de tratamiento, que se está realizando en todos los países desarrollados, incluido España, se practica dentro del marco de los ensayos Clínicos y todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo. La terapia génica y los anticuerpos monoclonales son otras alternativas terapéuticas que se están empezando a estudiar".
Dieta mediterránea
Como prevención, Baselga recomienda la actitud profiláctica de seguir una dieta mediterránea, rica en frutas y verduras y baja en grasas animales. En palabras de este especialista, esta alimentación, que es cardiosaludable, también es buena para prevenir el cáncer."Aunque todavía no disponemos de datos científicos que corroboren esta tesis", indica, "todas las observaciones epidemiológicas apuntan a que los países con más alto consumo de grasas presentan una incidencia mayor de tumor mamario y a la inversa".
El cáncer de mama es un tumor de evolución lenta. Entre el 5% y el 10% de los casos es de carácter familiar y, por tanto, hereditario. En un 50% es hormonodependiente y guarda relación con los estrógenos u hormonas sexuales femeninas. El porcentaje restante obedece a factores diferentes y todavía no bien definidos.
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