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Entrevista:FÚTBOL ENCUESTA SOBRE LA TEMPORADA

"Tengo que madurar, todavía me acelero"

Fijo en el Madrid y la selección, el cántabro ha despejado las dudas sobre su inexperiencia y fragilidad

José Sámano

JOSÉ SÁMANO Llegó a Madrid de puntillas, con un libro del escritor cántabro Manuel Llano bajo el brazo y la mirada escondida bajo un sobresaliente flequillo. José Emilio Amavisca Gárate (Laredo, Cantabria) aterrizó joven, con 23 años, pero herido: había sido olvidado en su tierra -ningún club cántabro le quiso tras su paso por el Laredo juvenil- y, minutos después de firmar con el Real Madrid, Jorge Valdano barajó su cesión. Terco y tenaz, aconsejado por su padre, un ex futbolista, se redimió en pretemporada y diez meses después ha llegado al púlpito.

Pregunta. Aterriza en Madrid y Valdano le dice que no cuenta con usted.

Respuesta. No, no; me lo dice incluso antes de aterrizar.

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P. ¿Antes de firmar?

R. Firmamos con el presidente y, justo después, ese mismo día, mi padre y yo hablamos con Valdano delante del presi. Quería cederme. Consideraba que no había jugado los partidos suficientes en Primera como para estar en el Real Madrid. Yo estaba de acuerdo, no me pareció mal. Para estar en el Madrid se necesita algo más de experiencia.

P. Dicen sus compañeros y técnicos que llegó muy asustado.

R. Asustado no; sí un poco cohibido. ¡Te encuentras con jugadores del Real Madrid!

P. ¡Dios mío, dónde me he metido; pero si yo soy mucho peor que éstos! ¿Pensó algo así?

R. ¡Claro que lo pensaba! Nada más llegar se hicieron grupos de entrenamiento: los defensas por un lado, los medios por otro y finalmente los delanteros. Me metieron con los medios. Estaban Michel, Martín Vázquez, Redondo, Laudrup y Sandro, casi nada. ¡Cómo no iba estar cohibido!

P. Tímido y encima enganchado a un complicado libro de Manuel Llano.

R. Es un pedazo de escritor cántabro, pero muy duro de leer. Recuerdo que un día me lo pidió el míster en el avión y al devolvérmelo me dijo: "¡Joder, es fuerte el tío!". Yo le respondí: "Fíjese lo que me hace leer mi novia".

P. ¿Medio o delantero?

R. Al principio, el mister me dijo que era mejor para el centro del campo. Consideraba que era la línea más corta del Madrid.

P. ¿Qué prefiere?

R. A mí que me pongan de delantero y me den el balón... Entonces, ¡humm! La verdad es que toda mi vida he jugado en punta y en el medio cuesta mucho llegar arriba. Pero estoy cómodo en las dos posiciones.

P. ¿Decían los técnicos que usted era un jugador muy frágil?

R. Mi apariencia no es frágil, es muy, muy frágil. Soy alto, delgado y desgarbado; pero fisicamente tengo más recorrido que antes. De todas formas es normal que lo pensaran: sólo peso 70 kilos y mido 1,82.

P. Cuando le hacen una falta gesticula como si le hubieran partido en siete trozos. ¿Miedo?

R. Para lo que dan, me quejo poco. Cuando duele, duele.

P. A su llegada compartió vivienda con Zamorano y brotó una profunda amistad. ¿Planificaron alguna estrategia?

R. Puede que nuestra buena relación fuera del campo se haya notado dentro. Tenemos una relación muy especial.

P. Usted formó parte de la quinta del Cobi (Barcelona 92). ¿Qué tal con otras quintas?

R. Se decía que el vestuario del Madrid estaba lleno de vacas sagradas, que era una bomba. Para nada, es de lo más normal. Michel es un monstruo.

P. ¿El Buitre le aconsejó?

R. Cuando jugamos frente al Atlético de Madrid, me dijo que recortara a Tomás hacia dentro. Era verdad. Lo hacía y conseguía dos o tres metros de ventaja. Ante el Tenerife, me dijo que cuando Aguilera subiera le acompañara solo un poco, porque luego me quedaría mucho espacio. Me ha hecho mucha ilusión estar con él. Hay que tener en cuenta que he coleccionado cromos de Butragueño. Con su caso he aprendido que hay que aprovechar mucho el tiempo, que en el fútbol hay que ser poco egoísta. Aquí se aprende a marchas forzadas. Éste es un equipo que te permite relacionarte con muchos tipos de gente. Algo que no sucedía en el Valladolid. El Madrid es una escuela.

P. La cántabra tan poco es mala escuela.

R. Con cántabros, al Madrid siempre le ha ido bien. Con Gento y Santillana siempre hubo títulos; además, europeos.

P. ¿Qué debe mejorar?

R. Tengo que madurar. Todavía juego un poco acelerado.

P. Aun así ha sido elegido mejor jugador y mayor promesa del fútbol español. Es la primera que vez que alguien gana los dos títulos en la encuesta de EL PAÍS.

R. He hecho una buena temporada, pero no se si será para tanto. El balance ha sido positivo, teniendo en cuenta que es mi primer año en esta casa. Creo saber hasta dónde puedo llegar, pero no esperaba jugar tanto ni tan , bien, y mucho menos en la posición de interior zurdo.

P. El mejor homenaje posible para Fredy, al que dedica cada gol con la rodilla flexionada y el dedo índice señalando el cielo.

R. Era mi mejor amigo y se mató en un accidente de trabajo. No me gusta comentarlo, sólo lo hago para mantenerle vivo.

P. Responda a la encuesta. ¿Mejor jugador español?

R. Hierro.

P. ¿Extranjero?

R. Zamorano, por supuesto.

P. ¿Revelación?

R. Raúl.

P. ¿Mejor equipo?

R. El Madrid.

P. ¿Mucho madridismo, no?

R. El Ajax tampoco está mal.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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