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Un sargento apasionado

En el otoño de 1991 el malogrado regreso del pródigo Beenhakker al Madrid abrió la puerta del ascensor a su ayudante, Louis van Gaal. Cogió el librillo del Ajax y propuso a sus jovenes protagonistas una nueva interpretación. No es, ni mucho menos, el final de la obra pero en el índice ya consta que, en cuatro campañas, el Ajax ha sido campeón de la Copa de la UEFA en 1992, campeón de la Copa holandesa en 1993, campeón de Liga en 1994 y 1995 y campeón de Europa en 1995. Van Gaal, sin embargo, tiene detractores que le tildan de arrogante, frío y un sargento que manda a los jóvenes por intimidación. No le conocen.Es hijo de Amsterdam como Cruyff, lo cual le permite obrar con cierta tozudez y un bisturí verbal. Eso sí, no le disgusta la fama de personalidad arisca porque ofrece ventajas en el trato a los que no entran en el vestuario. Pero en el interior de la grifería de acero inoxidable corre agua caliente. Le apasiona el fútbol. Trabaja con el primer equipo pero conoce a todos los cadetes, alevines y juveniles. Controla hasta sus exámenes y procura formar, ante todo, seres humanos. Si además sirven como futbolistas...

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