La defensa de unas ideas
Los entrenadores de Primera División han elegido a Jorge Valdano, el técnico del Real Madrid, el mejor entrenador de la Liga 1994-95, que finaliza la próxima semana. Víctor Fernández, que ha llevado al Zaragoza a la conquista de la Recopa, ha sido el segundo más valorado.> Jorge Valdano. Defendió con ganas sus ideas futbolísticas. Cuando considera que alguien no realiza o no puede realizar la labor que se necesita en cada encuentro no tiene dudas a la hora de prescindir de alguien. Basa su estilo en el control y manejo del esférico. Prefiere que, el contrario esté corriendo detrás del balón que con él. Su experiencia como jugador de alto nivel le concede una ventaja importantísima a la hora de comprender cuándo y qué se le debe exigir a cada jugador. Suele preocuparse por los conjuntos adversarios. Defiende atacando. Al igual que Víctor Fernández, dejó escapar un poco a sus jugadores y perdió posibilidades de adjudicarse el campeonato con anticipación. En defensa suya, la losa de los cuatro años anteriores pesaba tanto que bien valía un pequeño descanso. Su éxito fue cambiar con su filosofía y su trabajo diario la mentalidad quebradiza que tenía la plantilla a la que llegó.> Víctor Fernández. Dio mucha importancia a la calidad individual de sus jugadores. No es amigo de los jóvenes, más bien suele utilizar jugadores fichados de otros clubes. Principalmente los utilizó llegados del Real Madrid, a los que incluyó en todas sus líneas. Su trabajo diario consistió en organizarlos y hacer que el conjunto juegue bajo el lema: el balón por el suelo. No demostró mucho interés en las características de los contrarios, pues en pocas oportunidades varió su esquema. Esta temporada permitió que sus discípulos bajaran en concentración, coincidiendo con el parón que sufrió la competición europea en la que participaba. Con esto dio la sensación de estar sólo pendiente de la Recopa. Aun así consiguió que sus jugadores dieran sensación de conjunto y de buen juego para deleite de sus aficionados.> Premisas. Mucha gente está acostumbrada a comparar a los entrenadores. Nunca se debe ni se puede hacer este ejercicio. Las circunstancias que rodean, no sólo a ellos sino a los clubes, determinan buena parte de los logros al frente de un equipo. Las variables no tienen que ver mucho con el dinero, más bien con la cantidad y calidad de los jugadores que tiene para elegir. Es importantísimo conjuntar a jugadores pero sobre todo crear ambiente de camaradería dentro del vestuario de manera que todos luchen por lo mismo y no haya diferencias. Por lo tanto, el único denominador común para comparar a los entrenadores, puede ser la manera de entrenarlos y prepararlos. Esto es el trabajo diario, el que, sirve verdaderamente para conseguir algo positivo en, el momento de la competición. Durante el encuentro el entrenador tiene decisiones muy puntuales y en general no suelen ser totalmente decisivas.
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