Acuerdo entre el Polisario y la ONU para facilitar el referéndum sobre el Sáhara
El Frente Polisario se comprometió ayer a acelerar el proceso del referéndum en el Sáhara occidental. El acuerdo fue adoptado por los responsables del Movimiento Saharaui en el transcurso de una serie de entrevistas que mantuvieron con los miembros de una misión del Consejo de Seguridad de la ONU, que desde hace cuatro días se encuentran de visita en la región en un intento de convocar el referéndum de autodeterminación en enero del próximo año.
"Es un acuerdo de síntesis. Los miembros de la misión de la ONU habían solicitado que colaborásemos en la aceleración del proceso de identificación de los votantes. Nosotros planteamos como contrapartida la necesidad de que esta identificación se efectúe de manera creíble. Hemos llegado así a la conclusión de que hay que acelerar el proceso y hacerlo creíble a su vez", dijo ayer Basir Mustafá Sayed, número dos del Frente Polisario y a su vez responsable de la cartera de Asuntos Exteriores, en una conferencia de prensa celebrada en los campamentos de los refugiados saharauis en Tinduf, al sur del Sáhara argelino.El acuerdo entre la ONU y el Frente Polisario es sólo una parte de una complicada operación diplomática que se inició con éxito hace tres días en Rabat, donde la misma delegación del Consejo de Seguridad se entrevistó con el primer ministro marroquí Abdelatif Filali y el ministro del Interior Dris Basri. Allí también se firmó un pacto de aceleración.
"Este acuerdo a tres bandas nos permitirá continuar con el proceso de identificación de los saharauis y lograr de la Asamblea de Naciones Unidas la aprobación del presupuesto económico imprescindible para continuar ejerciendo nuestra misión hasta celebrar a principios de 1996 el referéndum. Ésta es nuestra última oportunidad" afirmaba ayer con contundencia el malayo Erik Jensen, subsecretario general de las Naciones Unidas, representante especial adjunto para el Sáhara occidental y presidente de la Comisión de Identificación.
Según todos estos discursos oficiales, todo está ya resuelto. En los próximos días el mecanismo de identificación de los votantes, que se inició hace cerca de un año en ocho centros repartidos a lo largo y ancho del Sáhara, podría emprender una velocidad de vértigo, dejando atrás la barrera de los 35.000 saharauis inscritos, fruto de cuatro meses de trabajos. Se pondría así fin a la política de obstrucciones que durante estos últimos tiempos han venido practicando las dos partes.
Ayer en los campamentos de Tinduf, mientras las mujeres vestidas con trajes tradicionales acogían con gritos dé alegría -yuyúes- y con banderas a los responsables de la misión de la ONU y a los periodistas, los pequeños y medianos funcionarios del Frente Polisario entonaban en voz baja otro discurso menos optimista, más crítico, con el que mostraban sus discrepancias por la manera que se ha venido desarrollando hasta ahora el proceso. Son las voces de los disidentes que reclaman sin ambigüedades el retorno a las armas.
"Las cosas estaban más claras antes. La gente está cansada de esperar y de hacer frente a las continuas operaciones urdidas por Marruecos. Estamos hartos. Todos estamos hartos. No sólo nosotros pedimos el retorno a las armas, lo piden sobre todo los más jóvenes saharauis. Estos son los más radicales", afirmaba en voz alta un miembro del servicio de protocolo del Frente Polisario.
Todas estas voces se escuchaban confundidas ayer a la vez en los campamentos de los refugiados saharauis, bajo un sol abrasador y la mirada indiferente de la comunidad internacional. Son los síntomas evidentes de un mal presagio que anuncia otro fracaso de Naciones Unidas. O quizás no.
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